La Uneac, sin dormirse en los laureles

 Fidel conversa con intelectuales, en un Consejo Nacional de la Uneac. Foto: Arnaldo Santos
Fidel conversa con intelectuales, en un Consejo Nacional de la Uneac. Foto: Arnaldo Santos

Un visible interés por estar cerca de los intelectuales y artistas, escucharlos y expresarles sus aspiraciones, fue un propósito del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, desde los albores del triunfo revolucionario. Y mientras el país se transformaba en numerosos frentes, en los que era imprescindible su conducción y asesoría, buscaba el momento de reunirse con ellos, y sostener un fructuoso vínculo con la avanzada del pensamiento y del arte.

 En un contexto muy duro para la Revolución Cubana, que acababa de combatir la invasión imperialista a Playa Girón, tuvieron lugar las conocidas Palabras a los intelectuales, el resultado de tres días de intercambios sostenidos entre Fidel y este sector, y que estarían sucedidas por la celebración del Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas, en el que quedaría constituida la Uneac, con el Poeta Nacional Nicolás Guillén a cargo de su dirección.

Participar en las reuniones y estar al tanto de los proyectos y avances de la organización fueron imperativos para Fidel, quien presenció casi todos los congresos, y departió en ellos con los participantes, lo mismo valorando los avances que exhortándolos a emprender nuevas metas, consciente de que lo hecho no era nunca suficiente, ni había derecho a «dormirse en los laureles de los éxitos, de los esfuerzos realizados». 

En abril de 2008 se celebró el vii Congreso. Afectada su salud, Fidel no estuvo presencialmente, aunque un mensaje suyo a los intelectuales y artistas no se hizo esperar. Los delegados del cónclave le otorgaron la condición de Miembro Emérito de la Uneac, lo cual trascendió en la voz de la escritora y periodista Marta Rojas. 

En 2019, el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, pronunció un discurso en el ix Congreso de la Uneac. En su alocución, la presencia de Fidel fue cardinal.

«Hoy tenemos el deber de traer sus conceptos a nuestros días y defender su indiscutible vigencia, evaluando el momento que vivimos, los nuevos escenarios, las plataformas neocolonizadoras y banalizadoras que tratan de imponernos y las necesidades, pero también las posibilidades que con los años y los avances tecnológicos se han abierto.

«Hay que hacer lecturas nuevas y enriquecedoras de aquellas palabras. Hacer crecer y fortalecer la política cultural, que no se ha escrito más allá de Palabras… y darle el contenido que los tiempos actuales nos están exigiendo», expresó Díaz-Canel.

En noviembre del pasado año, la organización celebró su x Congreso. Su presidenta, la musicóloga Marta Bonet, en conversación con Granma, se refería a la responsabilidad de los artistas en la defensa de la cultura. En sus valoraciones tampoco podía faltar Fidel.  

«Uno de los más grandes retos que tenemos hoy es la batalla contra la colonización cultural. Es determinante legar a las nuevas generaciones los valores, la espiritualidad y las esencias que nos han sostenido hasta nuestros días. Ya desde los inicios de la Revolución, Fidel nos advirtió del riesgo de perder la identidad y la cultura. Precisamente en un momento de muchas dificultades, nos dijo que la cultura es lo primero que había que salvar.

«Pero, ¿por qué la cultura? No nos hablaba solo de la cultura artística y literaria, sino de nuestras raíces, que todos los días son más amenazadas ante la avalancha mercantil y banal que recibimos, y que reciben nuestros jóvenes en las redes, en las plataformas digitales y desde el mercado hegemónico, que defiende el modo de vida de los más poderosos», refería. En las disposiciones de Bonet, actual conductora de los rumbos de la Uneac, está la escuela formadora de Fidel, el intelectual mayor, el ejemplo.

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