Los ingenios de Pablo

Manzanillo. Octubre 7.- La sustitución importaciones y el ahorro de recursos es un llamado contante de la dirección de país, máxime por estos tiempos donde los embates de la pandemia ocasionada por la COVID- 19 hace estragos con la economía mundial.
Cuba no está exenta de esta situación y se buscan alternativas para solucionar la mayor parte de las dificultades desde dentro; para Pablo Morales Blanco, especialista en mantenimiento eléctrico en el taller de trasformadores de Manzanillo, subordinado a la fábrica Latinos de la capital nacional y única de su tipo en la región oriental; es un deleite buscar alternativas que ayuden a mejorar y optimizar la producción.

Pablo Morales Blanco, especialista en mantenimiento eléctrico en el taller de trasformadores de Manzanillo, subordinado a la fábrica Latinos de la capital nacional y única de su tipo en la región oriental./Foto Lilian Salvat Romero


“Cuando yo entre aquí en el 2007, existía un problema a mi modo de ver, a la hora de construir la bobina secundaria resultaba muy engorroso doblar las barras, esto se hacía con un tubo y una llave, entonces me di a la tarea de construir un doblador de barra, con arandelas y materiales desechables, este instrumento de trabajo es muy sencillo de confeccionar y muy práctico para el trabajo, ya se ha generalizado y otros talleres del país lo usan porque optimiza el trabajo”.

Doblador de barra, con arandelas y materiales desechables./Foto Lilian Salvat Romero


Sus ingenios y creatividad están presente en la mayoría de los instrumento que se utilizan en este taller, su sello de facilitar el trabajo está impreso en todos los puesto de sus compañeros de labor ; “ otra dificultad que vi fue a la hora de la confección de la bobina primaria, era un procedimiento muy engorroso e inventé un molde de hierro para mejorar el tiempo a la hora de montarla en el molde, porque tiene un sistema regulado con un plato de cuatro muelas que se adaptó a él, unos angulares”.
Sus creaciones están en la mayor parte del proceso de confección de un trasformador, él observa minuciosamente cada paso y piensa siempre cómo hacer para que este o aquel paso sea más rápido y menos complicado; “también hice un tensor de barra que igualmente mejora la del producto final en menor tiempo, anteriormente se hacía tipo aguja, había que meter la barra entre rodillos y ahora por el costado se monta y es menos complicado, el resultado tiene mayor calidad”.

Tensor de barra./Foto Lilian Salvat Romero

Molde de hierro./Foto Lilian Salvat Romero

Sus innovaciones hacen que la producción crezca y tengan cada año un sobrecumplimiento en sus planes técnico y económicos; “en lo que va de año tenemos una producción de 729 transformadores,- comenta Luis Manuel García Elías, especialista de producción de este taller- aproximadamente unos 100 mensual; pensamos en lo que resta de año tener un sobre cumplimiento a pesar de las limitaciones y las dificultades en cuanto a la entrada de materias primas para el trabajo que ocasionan los efectos del bloqueo y la pandemia , lo que impide que este año nuestra producción sea aún mayor de lo que anteriormente habíamos estado realizando, a pesar de que somos un taller de recuperación de transformadores, el papel y el alambre que utilizamos en la reparación, son importados, ahí está nuestra mayor dificultad”.

Luis Manuel García Elías, especialista de producción de este taller./Foto Lilian Salvat Romero


Aquí se reconstruyen transformadores de distribución en las capacidades de 10 hasta 333 kVA y los niveles de voltaje de 7620 y 2400 así como 19100, su misión social es brindar servicio de reconstrucción y mantenimiento de convertidores monofásicos y trifásicos así como ensayos a medios de protección y eléctricos, “ya se logran por estos conceptos hasta la fecha una realización en ventas de un millón 363 mil pesos moneda total, un millón 332 mil 800 corresponden a la venta de trasformadores y 30 mil 200 obtenidos por el ensayo de los medios de protección de la Organización Eléctrica de Base (OEB) de la región oriental”, explica Daymí Peña Figueredo, económica del taller.

Daymí Peña Figueredo, económica del taller./Foto Lilian Salvat Romero

Nuestros principales clientes son todas las OEB de la región oriental, aunque este año se le ha prestado servicio además las provincias de Artemisa y Ciego de Ávila, logrando un ahorro estimado por unidad del 40 por ciento del valor total si se fuera a importar”.
Mientras, en cada jornada seguirá Pablo dando riendas sueltas a sus inventos, ayudando a sus compañeros de labor, agilizando el trabajo, tratando de hacer más con menos y que el país no tenga que importar algo que se puede solucionar aquí dentro y que cada puesto laboral en el taller de transformadores tenga alguno de sus ingenios.

Sus ingenios y creatividad están presente en la mayoría de los instrumento que se utilizan en este taller./Foto Lilian Salvat Romero