Luis Miguel: un joven guajiro bien pegado a la tierra

Desde los 16 años de edad, el joven Luis Miguel Beltrán Remón de tez trigueña y mediana estatura, siente que su vida está  indisolublemente ligada a la tierra.

De su abuelo materno, el bisoño labriego natural del poblado rural de Cayó Espino en este territorio granmense, heredó el amor por el trabajo, y el verdadero valor del sacrificio cuando se trata de producir en bien del pueblo.

«Lo que sé de la tierra me lo enseñó mi abuelo, y me gusta la agricultura, lo que soy, un productor que me dedico a los cultivos varios como el.fongo, el plátano felipita, boniato, la yuca y calabaza», señaló.

El asociado de la Cooperativa de Créditos y Servicios ( CCS) Camilo Cienfuegos Gorriarán, confiesa, que una de sus mayores satisfacciones radica en saber que los alimentos que produce,  son destinados a instituciones sociales donde son atendidos abuelos, niños y otras personas en situación de vulnerabilidad.

Subrayó que, de igual modo, aporta a las ferias agropecuarias sabatinas en esta localidad costera, a los mercados, la comunidad donde vive y a su familia, en tanto no da espacio al cansancio, porque cada  jornada este campesino de pura cepa, hecha manos a la tierra de la que saca los mejores frutos, en bien de su pueblo.

Foto: Annia Pacheco Palomares

«Me levanto a las cuatro de la mañana, enyugo los bueyes y me voy a trabajar hasta la hora que sea necesario; hay veces que salgo del surco a las tres de la tarde, otras siembro en dos sesiones del día; y cuando no hay agua aprovecho para quitar la hierba de la yuca, y también le paso la mano al plátano».

Como mérito al sacrificio y a sus significativos aportes a la economía de su natal municipio y la provincia de Granma, Luis Miguel estuvo entre los jóvenes destacados de esta región, que fueron reconocidos durante el acto central de Manzanillo alegórico al Día del Campesino Cubano.

En honor a la efeméride, que se celebra cada 17 de mayo, a propósito de la primera firma de la Ley de Reforma Agraria en 1959, y de la fundación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP),  hace justo 64 años, Beltrán Remón ratificó su compromiso de incrementar sus producciones y se hacer avanzar la economía del país en momentos decisivos para la nación.

«Hay que ayudar al pueblo; por eso les digo a los jóvenes que, como yo tienen un pedazo de tierra, que la aprovechen al máximo para que Cuba pueda salir adelante», acotó el mozo de hablar guajiro y sombrero de yarey, mientras terminaba de ensillar su caballo, y una vez ejecutada  la acción echó a andar campo traviesa.

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