
Manzanillo. Octubre 2.- La violencia se puede manifestar de mil maneras, y Manzanillo no es ajeno a esta realidad. Por tanto en el Día Internacional de la No Violencia, resulta pertinente examinar cómo se atiende este flagelo contra la mujer en nuestra comunidad, a través de la labor que realiza la Casa de Orientación para la Mujer y la Familia de la Federación de Mujeres Cubanas.
Según explicó Yenisel Leyva Montaño, responsable ideológica municipal, el proceso de atención inicia con la acogida, fase crucial donde se genera el ambiente de confianza necesario para que la mujer pueda expresar su situación. «Intentamos crear un entorno de absoluta confidencialidad y empatía, donde ella sepa que su palabra es sagrada y que no se le va a cuestionar ni a revictimizar».
Posteriormente, se realiza una evaluación especializada del caso, determinando el tipo de violencia y el nivel de riesgo, lo que permite activar las rutas de protección correspondientes. «Cada caso es único. Identificamos el tipo de violencia, ya sea psicológica, física, económica o sexual, y su nivel de riesgo. Esta evaluación es lo nos permite movilizar los recursos exactos que esa persona necesita”, explicó.
La institución funciona como enlace con la red de apoyo interinstitucional, facilitando el acceso a asesoría legal, acompañamiento en denuncias y atención psicológica, enfoque que es fundamental para brindar una respuesta efectiva a situaciones.
Resulta evidente que la disponibilidad de canales formales de atención incide directamente en la disposición de las mujeres para reportar casos de abuso o violencia. Cuando las víctimas perciben que existen mecanismos establecidos y profesionales capacitados para atenderlas, se fortalece su confianza en las instituciones. «El miedo y la desesperanza son las cadenas más difíciles de romper. Por eso recalcamos que aquí existe un lugar donde esas cadenas se pueden soltar. Donde se les cree, se les protege y se les muestra que hay una salida».
El trabajo desarrollado por la Federación de Mujeres Cubanas a través de su Casa de Orientación en Manzanillo demuestra la importancia de mantener estrategias coordinadas para la atención a víctimas de violencia. Si bien los avances son significativos, resulta imperativo continuar fortaleciendo estos mecanismos, garantizando que toda mujer en situación de violencia encuentre en las instituciones el apoyo y la protección que requiere.