
A noventa y seis años de su asesinato en México, la figura de Julio Antonio Mella sigue siendo un faro para las nuevas generaciones de cubanos. Su vida, truncada por la mano del régimen machadista, fue un torbellino de lucha, pensamiento y acción revolucionaria. Mella no fue solo un estudiante brillante, sino un líder nato que dejó una huella imborrable en la historia de Cuba.