Desde la madrugada del 25 de noviembre último las calles de mi Manzanillo están tristes. Un silencio imponente por la partida física de Fidel se siente al caminar por esta ciudad que admira a su líder, a su gigante, a nuestro Comandante.
Camino por la urbe buscándote Fidel y te encuentro en los niños y las niñas que visten impecablemente sus uniformes para cumplir con el sagrado deber de estudiar, ese privilegio que les dejaste de manera gratuita luego de la mañana victoriosa del Primero de enero de 1959. Te veo en cada trabajador, en cada cubano digno que continúa haciendo historia en su Patria.
De pronto el silencio se rompe en el centro de la ciudad. No pudo ser de otra manera que con las potentes voces de los jóvenes. Así las nuevas generaciones te rinden tributo con consignas entre las que se oyen “Fidel es Cuba entera, Fidel es tu bandera”, “Juramos Comandante, seguimos tu legado”, “Yo soy Fidel”.
Son jóvenes estudiantes de la sede pedagógica Blas Roca Calderío de la Universidad de Granma (UdG), que estremecieron al centro de la urbe con nuestro himno nacional, con el himno de la alfabetización y con la frase “Se oye, se siente, Fidel está presente”.
Y es que no te has ido Fidel, estás en las nuevas generaciones que entonan Cuba, qué linda es Cuba como agradecimiento de vivir en una tierra libre y soberana gracias a ti. Y hasta se graban tu nombre en la piel y las muchachas en sus mejillas.
Sigo caminando erizado por la emoción de ver a estos jóvenes. Una lágrima salió de mis ojos y mi corazón se estremece más cuando al final de mi caminata veo a los pequeños gritando en las calles “Fidel, Fidel, que tiene Fidel que los imperialistas no pueden con él.”
Pienso y reflexiono, nos tienes a todos, Fidel, tienes a este pueblo que seguirá tu legado ahora refrendado en el concepto de Revolución que nos dejaste el Primero de mayo del año 2000.
