“Once millones no es un mercado a desaprovechar”, asegura Díaz-Canel al sector agrícola de EE.UU.

El sector agrícola emplea a 17 millones de personas en Estados Unidos.

“Cuando compramos alimentos, estamos pensando en 11 millones, que es toda la población cubana”, dijo este jueves el presidente cubano Miguel Díaz-Canel a una delegación de empresarios y directivos del sector agrícola de los Estados Unidos.

“Once millones de personas no es un mercado a desaprovechar”, añadió el mandatario en un encuentro de trabajo celebrado en la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas.

A la reunión asistieron el exsecretario de Agricultura de Estados Unidos y actual CEO del US Dairy Export Council, Thomas Vilsack, comisionados de agriculturas de varios estados norteamericanos y directivos de los consorcios creados por las principales empresas exportadoras, entre otros líderes del sector.

Cuba hoy tiene que importar anualmente más de dos mil millones de dólares en alimentos, les explicó Díaz-Canel a los empresarios, y lo hace en condiciones “muy complejas, con países que están a enorme distancia, donde el pago por flete es muy alto, donde de hecho nos suben los precios porque saben las necesidades que tenemos”.

“Comprar alimentos, que se conocen son de muy buena calidad, producidos por ustedes, para nosotros representaría facilidades y oportunidades”, agregó.

“También nos permitiría la transferencia de tecnología; hay personas que han estimado que una relación con el sector agropecuario de Estados Unidos podría incrementar, por ejemplo, la producción de carne de cerdo en nuestro país”.

Las ventas agrícolas de los Estados Unidos están en su peor nivel de los últimos 12 años. Entre los vaivenes del mercado y la guerra comercial de la administración Donald Trump, decenas de miles de pequeñas granjas familiares están siendo afectadas.

Foto: Dominio Cuba

La industria respalda unos 17 millones de empleos en todo Estados Unidos y los políticos de Estados agrícolas están interesados en contener una crisis similar a la de la pasada década.

Cuba, a solo 90 millas de las costas norteamericanas, es un destino atractivo. Sin embargo, las leyes actuales entorpecen los negocios.

Cuando en el año 2000 se abrió una brecha en el bloqueo de Estados Unidos para vender alimentos, el comercio ascendió rápidamente hasta alcanzar varios cientos de millones de dólares.

El cambio introducido por la administración de William Clinton en la Ley de Re­forma a las Sanciones Comerciales y Am­pliación de las Exportaciones fue en un solo sentido. Per­mitió a Cuba adquirir productos agrícolas en el mercado norteamericano pero mantuvo el veto sobre las exportaciones.

Pero la isla quedó sometida a onerosas condiciones como pagar en efectivo y por adelantado, algo totalmente atípico en el mercado internacional, a lo que se suman las restricciones en la transportación por las leyes del bloqueo.

A pesar de todo, en los últimos 15 años Cuba ha invertido más de cinco mil millones de dólares en compras de productos norteamericanos de este rubro, de acuerdo con cifras del Cuba Trade y el Economic Council.

Pero el potencial real es mucho mayor. No por gusto el sector agrícola es uno de los que más activamente defiende ante el Congreso el levantamiento de las barreras comerciales con la isla.

Un grupo bipartidista de más de 60 asociaciones de agricultura, empresas y funcionarios electos de 17 estados norteamericanos instó recientemente a miembros del Congreso a adoptar una enmienda de la Farm Bill del 2018 que abriría el comercio agrícola con Cuba.

Según el texto, los grupos agrícolas de Estados Unidos quieren participación en un mercado de 11 millones de habitantes, que recibe una afluencia anual de tres a cinco millones de turistas.

Según la Oficina de Presupuesto del Congreso y un estudio de Engage Cuba, las enmiendas ahorrarían a los contribuyentes norteamericanos 690 millones de dólares en 10 años.

El legislador Roger Marshall, congresista republicano por Kansas y uno de los impulsores de la ley, dijo a Dominio Cuba que las enmiendas que se debaten actualmente entre el Senado y la Cámara baja incluyen un acápite que “nos permitiría hacer marketing de productos agrícolas en Cuba y también trabajaría en el proceso de financiamiento de las compras cubanas”.

Respecto a qué está deteniendo este proyecto, si cuenta con un amplio respaldo, Marshall señaló que se trata simple y llanamente de “política”.

“Hay una minoría de personas en el Congreso que tienen mucha poder en este asunto, pero estamos tratando de superarlo. Como todo el mundo sabe, hay una vasta mayoría de estadounidenses que les gustaría superar el bloqueo. Mis propios hijos no tienen ni idea de qué se trata el embargo”.

El presidente cubano compartió una opinión similar:

“Cuando uno se pone a analizar qué es lo que está pasando, por que se produce este retroceso en el proceso de restablecimiento de relaciones en el que veníamos avanzando, en el segundo mandato de Obama, creemos que solo tiene que ver con que hay intereses de una minoría que lucrando con la política trata de frenar esas relaciones”, añadió.

El senador por la Florida, Marco Rubio, aseguró en junio pasado que bloquería cualquier enmienda o proyecto de ley que favoreciera el comercio agrícola con Cuba.

“He decidido bloquear la adición de cualquier nueva enmienda al proyecto de ley agrícola (Farm Bill) hasta que se acepte la enmienda de (Ted) Cruz para evitar el uso de dinero de los contribuyentes para promociones en Cuba o mi enmienda, que prohíbe se emplee dinero de los contribuyentes en negocios propiedad de los militares cubanos”, escribió Rubio en su cuenta en la red social Twitter.

El político de origen cubano, una de las mentes maestras detrás del cambio de política de la administración Trump contra Cuba, en no pocas ocasiones ha subordinado su agenda legislativa a la oportunidad de atacar a la La Habana.

“Más que todo les queríamos trasladar y compartir con ustedes hoy en esta mañana, en Nueva York, que independientemente del recrudecimiento del bloqueo y de las medidas contra Cuba que ha tomado la nueva administración de los Estados Unidos, nosotros seguimos abiertos al diálogo con los Estados Unidos”, refirió Díaz-Canel a los agricultores.