Piti Fajardo, el médico y soldado manzanillero que inspira (+Fotos)

Manuel «Piti» Fajardo Rivero //Foto de internet

Manzanillo. Noviembre 8.- En esta ciudad bañada de mar e historia, patriotismo, rebeldía, humildad, laboriosidad, y fidelidad, hay nombres imposibles de olvidar por toda su entrega a las causas justas y el aporte que han brindado a esta gran obra social que es la Revolución cubana, entre ellos el Comandante Manuel «Piti» Fajardo.


Hace hoy justamente 91 años a Cuba le nacía un hijo fiel desde esta oriental urbe, en cuna llena de armonía y económicamente desahogada. Piti desde su niñez fue educado en el amor a la familia, la patria, la historia y sus próceres, lo que contribuyó a su formación ética y su apego a la justicia.

Francisca Rivero Arocha (Panchita) su madre, fue la mayor inspiración de Piti como revolucionario y médico //Foto de internet


Su mayor inspiración lo fue sin dudas Francisca Rivero Arocha, su madre «Panchita», como todos la conocían, quien logró ser la primera mujer cubana negra que se hizo médica y logró dirigir un hospital. El ejemplo de ella fue la tea que le encendió en su corazón las inquietudes patrióticas y la vocación de convertirse en un profesional de las batas blancas.


Su carrera la estudia en La Habana y una vez graduado en 1955 como reconocimiento a sus excelentes notas, obtiene plaza de cirujano residente en el Hospital de Emergencias. Pero el amor por su tierra lo trajo nuevamente a Manzanillo a trabajar en el Hospital Civil local.


Aquí encontró brechas para sus acciones revolucionarias junto al doctor René Vallejo Ortiz a quien ayudaba en sus funciones como cirujano en la clínica La Caridad prestando servicios clínico-quirúrgicos de manera gratuita a los pobres y curando a los revolucionarios heridos, de la clandestinidad y del Ejército Rebelde, durante la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.


Una amistad tan grande lograron fundir ambos médicos por eso le siguió los pasos a Vallejo cuando tuvo que alzarse en la Sierra Maestra, y allí en medio de las lomas alternó sus funciones de médico con las de soldado.

En la Sierra Maestra alternó sus funciones de médico con las de soldado //Foto de internet


Desde el mismo instante de su llegada a la sierra no paró de trabajar. De inmediato comenzó a asistir a los combatientes heridos, en un hospital creado por Celia Sánchez, sitio donde también atendía a los campesinos, y fundamentalmente a los niños, por los que sentía un especial cariño.


Allí igual contribuyó a curar a los soldados enemigos. De forma simultánea trabajó en la construcción de un pequeño hospital de campaña en Pozo Azul, y más tarde le asignaron la custodia de un arsenal de guerra.

En la lucha insurrecional compartió labores como médico junto a los doctores Ernesto Che Guevara y el manzanillero René Vallejo //Foto captura de video de Telecubanacán


Dicen quienes lo conocieron que su cuerpo era delgado y que mostraba una apariencia endeble, pero tenía una fortaleza conquistada gracias a su espíritu inquieto, luchador y por la pasión por los deportes que incluso lo llevó a convertirse en un destacado jugador de voleibol, aptitudes que le permitieron en su tiempo preciso convertirse en el audaz combatiente que la Patria necesitó.


Estas cualidades le facilitaron participar en la Sierra en varias batallas difíciles. Aún su presencia se siente en sitios donde protagonizó la lucha insurreccional como los combates en Santo Domingo, Providencia, Cuatro Caminos, Las Mercedes, Cerro Pelado, Veguitas y El Salto. En cada uno de los enfrentamientos mostró tanta valentía que le posibilitó merecer el grado de capitán.


El triunfo revolucionario de 1959 le sorprendió en Las Tunas pues había ido a ese territorio a ocupar el cuartel de la ciudad y el día cuatro de enero se incorpora a la caravana de la libertad junto a los rebeldes camino a La Habana. Pero su primera misión no fue en la capital, sino aquí en su tierra natal donde organizó el Hospital Civil y estuvo al frente de la construcción de un centro asistencial.

Piti fue el audaz combatiente que la Patria necesitó //Foto captura de video de Telecubanacán
Piti fue el audaz combatiente que la Patria necesitó //Foto captura de video de Telecubanacán


Más tarde fue ascendido a Comandante en un período antes de que partiera a Porto Alegre, Brasil, a presidir la delegación cubana al II Congreso Brasileño de Medicina Militar, donde representó dignamente a la naciente Revolución Cubana.


Previo a esto ya había sido nombrado como director el Hospital Militar de Santiago de Cuba, y después de la firma de la Primera Ley de Reforma Agraria, el 17 de mayo de 1959, Fidel lo había designado como administrador de la finca El Macho, en la Sierra Maestra, tarea que realizó al mismo tiempo que dirigía el hospital de Manzanillo.


Fidel por la confianza que le tenía, en noviembre de 1959 lo designó para dirigir la construcción de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos en el Caney de Las Mercedes, comunidad del municipio montañoso Bartolomé Masó aquí en nuestra provincia de Granma.


Entre muchas de las responsabilidades que también asumió estuvo la atención como médico al Comandante en Jefe Fidel Castro por encargo de Celia Sánchez, responsabilidad que compartió con su colega de siempre y coterráneo, René Vallejo.


Noviembre de 1960 fue fatídico para Piti Fajardo, la contrarrevolución hacía de las suyas en varias regiones del país, por eso partió como jefe de operaciones en la zona del macizo montañoso del Escambray, al centro de la isla, con la encomienda de limpiar el área de esos elementos.


El día 29 de ese mes fue alcanzado con un disparo próximo a la sien en medio de un combate con los alzados de esa zona y falleció horas después en el hospital de Trinidad.


Acababa de cumplir sus 30 años, no pudo ver crecer a su hijita. Su vida trunca no le permitió brindar más aportes al sistema de salud que surgía por igual para todos. Así Cuba y Manzanillo perdían a uno de sus mejores hijos.


Hoy Piti continúa siendo ejemplo para deportistas, por eso los centros universitarios del deporte llevan su nombre para perpetuar el legado que nos dejó, y sigue inspirando a los nuevos galenos que surgen en las facultades de medicina bajo su memoria como el entregado médico que fue.