Presidente de Cuba y Primer Ministro analizan temas fundamentales de la actualidad nacional

La Habana, 8 oct (RHC) El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, comparecen en el programa televisivo Mesa Redonda para informar sobre la actual situación de la COVID-19 en el país, así como otros temas de interés y de la vida económica de la nación.

“Hacemos esta Mesa Redonda en un día muy significativo para los cubanos, cuando conmemoramos la muerte del Che. Él siempre está presente como guía en todo lo que hacemos y lo que haremos en el futuro”, dijo el presidente cubano al comenzar su intervención.

Durante su intervención, el mandatario argumentó, que se tratarán temas de actualidad, complejos y también en los que ya hay decisiones que permitirán “caminar buscando la luz si participamos todos de una manera responsable”.

Díaz-Canel comentó que el complejo contexto mundial que se estaba viviendo, se hizo más incierto y desesperanzado con la llegada de la COVID-19. En medio de ese escenario “hemos tenido una realidad nacional sumamente desafiante que ha tenido que enfrentar pandemias, agresividad del bloqueo contra Cuba, y el empeño de avanzar en el cumplimiento de la estrategia económica y social cubana”.

Hizo alusión a los tres frentes de trabajos que en estos momentos abordamos entre todos: “el enfrentamiento a la pandemia, la denuncia al bloqueo y la persecución financiera y la implementación de la estrategia económica y social”. 

Pese a que aún existen insatisfacciones, “también podemos compartir resultados y plantearnos nuevas metas en distintos escenarios”, sostuvo el mandatario.

Se refirió al enfrentamiento a la COVID-19, una estrategia “eficaz y con resultados”, concebida con la experiencia de la Salud cubana en el país y en el mundo, y también con  el aporte de la comunidad científica y el trabajo mancomunado de las organizaciones de masa y políticas, del pueblo en sentido general.

Recordó que en un primer momento, cuando conocíamos poco la enfermedad, “nos planteamos estrategias que nos llevaron a sobrepasar el pico que tuvo la pandemia en el mes de abril”. 

En abril sólo se realizaban alrededor de 2 000 o 3 000 pruebas PCR diarias, acotó el presidente y detalló que después, cuando vino el rebrote, que ha durado más en el tiempo, nunca se alcanzó el pico registrado en el cuarto mes del año, pues se mantuvo en una meseta, demostrando el control y el trabajo con la enfermedad. 

“Había más casos, pero se recuperaban más rápido, lo que llevó a un aplanamiento”, argumentó, al tiempo que destacó el incremento del número de pruebas diarias y la disminución de la letalidad. 

El presidente cubano subrayó el aporte científico en el combate a la COVID-19. “Más de 13 biofármacos —adelantó— están en ensayos clínicos”, “trabajando la ciencia de manera muy innovadora e integral”. 

Díaz-Canel manifestó que se debe actualizar la manera en que el país está enfrentando la pandemia, que ya registra en el mundo más de 36 millones de casos, de ellos 17 millones pertenecientes a América Latina. 

Al cierre de este miércoles Cuba acumuló 5 917 personas contagiadas con esa enfermedad, y mientras la letalidad en el mundo es de 2,9% y la de las Américas es de 3,3%, la de la Isla se contabiliza en 2,079. 

Otro dato compartido por el mandatario son los pacientes recuperados, que en el mundo representan el 75% de los que han contraído la enfermedad, en la región de las Américas el 65% y en Cuba el 91%. El por ciento de casos activos en Cuba es de siete, cuando en el mundo es el 21.8% y en América Latina es superior al 31.4%.

Es posible convivir con la enfermedad con un mínimo de riesgo

Con esos indicadores que tienen estabilidad, se cuestionó si es lógico que el país continúe con las actuales restricciones o plantearse una estrategia que sea capaz de convivir con la enfermedad, para “ir reanimando nuestra actividad económica y social, ir fortaleciendo nuestros protocolos e ir aspirando a ese nueva normalidad en la que cual es posible convivir con la enfermedad con un mínimo de riesgo”. 

Informó que de eso se trata precisamente la actualización de la estrategia de enfrentamiento a la COVID-19, aprobada en la última reunión del Buró Político del Comité Central del Partido, presidido por su Primer Secretario, el General de Ejército Raúl Castro Ruz. Esta estrategia, comentó Díaz-Canel, define bien cada etapa y conceptualiza la nueva normalidad. 

En esa reunión, dijo el presidente cubano, Raúl Castro llamó a no dejarnos alarmar por las cifras, pero sobre todo a incrementar la percepción de riesgo y que nos demos cuenta que el virus está constantemente acechando y aprovechando cuando hay una violación de las medidas. 

“Debemos ir a un momento donde haya una responsabilidad más compartida, entre los esfuerzos del Gobierno, de las instituciones de salud, de las organizaciones de masa y la responsabilidad individual y social en escuelas, fábricas, comunidad, lugares públicos, tiendas”. 

Al referirse a otro de los resultados que confirman que se puede trabajar con esos conceptos, expuso que en el caso de Cuba se han atendido en hospitales al 100% de los casos confirmados y sus contactos.

“No han colapsado nunca nuestras unidades de cuidados intensivos. Ninguna muerte se ha producido, como ha ocurrido en otras partes del mundo, por dicho colapso. En este momento, precisamente, tenemos un crítico y un grave”, acotó.

Tampoco, agregó, se reportan niños, embarazadas ni trabajadores de la Salud fallecidos en Cuba, aunque lamentó la muerte de cuatro colaboradores de la salud cubana fuera del país. 

Díaz-Canel subrayó que se han desarrollado más de 700 investigaciones y 16 ensayos clínicos en ejecución con 13 bioproductos. A la par, hay 52 brigadas de colaboración médica en otros confines del mundo, a las que se han sumado las brigadas que ya se encontraban trabajando en los países. 

También destacó el excelente trabajo de los médicos, personal de enfermería, científicos, técnicos de laboratorio y de casi todos los sectores, lo mismo fuera que dentro del país, así como reconoció el papel de los jóvenes, profesionales y estudiantes y la participación de los gobiernos provinciales y municipales, las organizaciones políticas y de masas y el pueblo.

El mandatario dijo que la panificación, “un elemento propio de nuestro sistema, a veces muy criticado por algunos”, es el que puede explicar el principio de justicia social imperante en medio de esta situación; que “se haya podido mantener, a veces sin satisfacer, las entregas normadas, las ofertas alimenticias y de aseo, en un contexto de cierre de fronteras, de contracción del mercado y de absoluta persecución económica y financiera del gobierno de los Estados Unidos”. 

Editado por Maite González Martínez