Prevén reanimar la producción de carne porcina en Las Tunas (+Video)

Foto: Periódico 26 digital

La Empresa Porcina de Las Tunas retomó los convenios con productores individuales para que ellos asuman la cría de cerdos, según informó Idalexis Peña Hechavarría, director general de la entidad. La reanudación de este programa no supone una solución inmediata a las demandas, pero en el último trimestre de 2022 debe apreciarse un crecimiento en la oferta de ese renglón.

La empresa entregará cerdos destetados de unos seis kilogramos de peso, además de 30 kilogramos de pienso y 275 de afrecho por cada animal. En tanto, los criadores deberán garantizar el resto de los alimentos requeridos, para que los cerdos alcancen un peso de no menos de 83 kilogramos al término de los seis meses.

Se trata de una variante novedosa, pues antes de 2019 la empresa facilitaba no menos del 70 % de la alimentación de los animales. Sin embargo, el recrudecimiento del bloqueo estadounidense y el efecto de la COVID-19 limitaron la capacidad del país de importar los piensos, y al no estar preparados los tenentes para producirlos localmente, de 200 convenios aquí existentes hace dos años, solo se sostienen cinco de ellos.

Por eso ahora, además de los requisitos que se exigían, relacionados con el espacio vital de las instalaciones, el manejo de residuales y otros establecidos por los organismos reguladores de la actividad, para poder firmar los contratos los criadores deben demostrar la posesión de tierras que les permitan cultivar los alimentos que necesitarán de acuerdo con la cantidad de ejemplares.

Las unidades especializadas también se vieron muy afectadas, tanto así, que «la masa porcina básica del territorio tunero apenas sobrepasa las 6 839 cabezas, de ellas 2 100 reproductoras, distribuidas en las unidades estatales, así como 200 ejemplares que forman parte de los convenios porcinos establecidos con particulares», dijo Peña Hechavarría.

Puntualizó que dichos establecimientos aplican ahora variantes, en aras de obtener ganancias de peso promedio de los mamíferos, con una alimentación balanceada que incluya proteínas, energéticos y vitaminas. Para ello utilizan derivados de la industria pesquera, desperdicios de mataderos, ensilaje de yuca y otros productos, además de incrementar paulatinamente las áreas plantadas de granos, fundamentalmente de maíz.

Unido a esto, expertos de la Universidad de Las Tunas promueven entre los campesinos la siembra de variedades más eficientes de semillas de maíz y apuestan por el ajonjolí y el sorgo como cultivos muy adecuados según las condiciones de los suelos de la región. Asimismo, valoran cinco variedades de soya adaptables a la realidad tunera, aunque se defiende la premisa de plantar en cada lugar según las características del mismo y las posibilidades del productor.