
Manzanillo. Febrero 26.- En el municipio, se ha observado un incremento en los casos de enfermedades diarreicas agudas, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias locales a analizar las causas subyacentes y las medidas necesarias para mitigar el impacto de estas enfermedades en la población.
«En estos últimos días han estado acudiendo personas a los centros médicos, presentando síntomas gastrointestinales como: vómitos y diarreas, que puede estar implicado en esto el agua y alimentos contaminados», comentó Eunice Naranjo Oliva, Vicedirectora de Salud Ambiental en el Centro Municipal de Higiene y Epidemiología de Manzanillo.
«Las enfermedades gastrointestinales se transmiten a través de objetos contaminados, por gérmenes que llegan a la boca por contacto con las manos y, posteriormente, al estómago e intestino.»
«Es fundamental además, que la población conozca los requisitos higiénicos sanitarios para el correcto almacenamiento de desechos sólidos, para evitar el contacto con vectores que son los encargados de transportar los gérmenes que pueden causar estas enfermedades», agregó Naranjo Oliva.
«Con respecto a los pozos que se han estado realizando estamos educando a la población de que no consuma esa agua, porque el nivel de contaminación del manto está presente».
«El incremento de personas que se dedican a elaborar y vender alimentos sin el debido control sanitario representa una de las causas fundamentales de preocupación, es imperativo que la comunidad exija el cumplimiento riguroso de las medidas higiénicas establecidas por las autoridades sanitarias».
«Exigimos a nuestra población que cumplan con las medidas higiénicas como el lavado frecuente de manos y el consumo de agua tratada», concluyó.
El reciente aumento de casos de enfermedades diarreicas agudas en el municipio subraya la importancia de mantener una vigilancia constante sobre la calidad del agua y las condiciones sanitarias. La colaboración entre las autoridades de salud y la comunidad es esencial para implementar medidas preventivas efectivas. A través de la educación continua y la acción coordinada, es posible mitigar el impacto de estos brotes y proteger la salud de la población.