Rosita piernas lindas, una historia de amor

Rosita piernas lindas, una historia de amor // Foto Roberto Mesa

Manzanillo. Mayo 23.- Rosa Villavicencio  Torres, residente en la comunidad de  Jibacoa perteneciente a este costero municipio de la región oriental, hace 13 años le diagnosticaron una insuficiencia renal por lo que debía acudir a los servicios especializados para realizarse hemodiálisis tres veces por semana.

Rosita “piernas lindas” como también le dicen cariñosamente los  trabajadores de la sala Nefrología del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente Celia Sánchez Manduley de aquí,  trabajó por más de cuatro  década como educadora en el Bario del Realengo  cerca de su poblado de origen.

Para el alivio de los síntomas de su enfermedad además de los comprimidos y otros procesos artificiales que allí se les brinda, pacientes como ella  tienen el privilegio de recibir durante su tratamiento con diálisis el servicio de masajes y rehabilitación, que es aplicado por un especialista en el tema.

“Para la enfermedad que presentamos es beneficioso la realización de fisioterapia pues las piernas y los brazos son los lugares del cuerpo que más duelen y después de estos ejercicios se siente la mejora” // Foto Roberto Mesa
“Para la enfermedad que presentamos es beneficioso la realización de fisioterapia pues las piernas y los brazos son los lugares del cuerpo que más duelen y después de estos ejercicios se siente la mejora” // Foto Roberto Mesa

Acerca de esto nos comenta con mucha alegría y llena de buen humor,  síntoma de aliento a su padecimiento, “es un trabajo excelente al cual le dedican mucha atención y cariño porque cuando nos dan masajes con tanto amor salimos aliviados.”

“Para la enfermedad que presentamos es beneficioso la realización de fisioterapia pues las piernas y los brazos son los lugares del cuerpo que más duelen y después de estos ejercicios se siente la mejora” continua la paciente con mucho optimismo.

El protagonista de estos elogios es el licenciado Leonardo Rosales Peláez, quien por 14 años  desempeña esta humanitaria labor, nos dice que “es el único servicio de nefrología del país que cuenta con un rehabilitador físico, esta propuesta la lleve en un trabajo investigativo en  el año 2002 a un congreso a la Habana y todavía no lo implementan en otros lugares.”

Leonardo Rosales Peláez // Foto Roberto Mesa
Leonardo Rosales Peláez // Foto Roberto Mesa
Rosita recibe agradecida el masaje de Leo // Foto Roberto Mesa
Rosita recibe agradecida el masaje de Leo // Foto Roberto Mesa

“Es satisfactorio cuando los pacientes que se realizan diálisis te llaman mientras reciben este tratamiento porque les dan calambres y otros malestares debido a la misma  posición que adoptan durante las tres horas que dura, además por su condición de nefróticos tienen  mayor vulnerabilidad  en las extremidades y durante los ejercicios que les hago se alivian y salen agradecidos”, sigue en su intervención el especialista en Cultura Física.

Para conocer la realidad de lo planteado por Leo, como todos lo conocen escuchamos las palabras de jefe del servicio en este centro hospitalario, el doctor Emilio Rodríguez López, especialista en primer grado en nefrología.

Emilio Rodríguez López, especialista en primer grado en nefrología // Foto Roberto Mesa
Emilio Rodríguez López, especialista en primer grado en nefrología // Foto Roberto Mesa

“Es importante la labor del rehabilitador ya que juega un papel decisivo en la recuperación, si tiene mucho que ver lo que él hace para mejorar la calidad de vida en estos pacientes que sufren de afecciones en otras partes del cuerpo”.

La firmeza y el deseo inmenso de continuar siendo útil a la sociedad distinguen la pulcritud, silencio y destreza que  caracterizan a un sitio  dentro del cual, hombres y mujeres, adornados de verde, ofrecen un servicio vital.

La unidad asistencial beneficia con riñones artificiales a154 pacientes de los municipios costeros de la oriental provincia de Granma, alternados en dos turnos de trabajo, lunes, miércoles, viernes  y martes, jueves, y sábado.

Así, Rosita  “piernas lindas” y otros tantos compañeros que acuden a esta unidad asistencial salen satisfechos del trabajo que se realiza, por la dedicación y el esmero que ponen sus trabajadores para que todo salga bien, que no sientan que están en lugar donde el dolor y los achaques de la edad o la enfermedad sean los que invadan sus vidas  sino el consuelo  de saber que este colectivo está siempre presto a darles la mejor atención para que se sientan como en casa.

Por:  Lilian Salvat Romero