Salud en acción

Foto: Lilian Salvat
Foto: Lilian Salvat

Manzanillo. Noviembre 7.- En medio de la circulación simultánea de arbovirus como el dengue, el chikungunya y el oropouche, el Policlínico número uno Francisca Rivera Rocha de esta ciudad, despliega una estrategia integral de vigilancia, atención y prevención, con énfasis en la acción comunitaria, la atención primaria y la coordinación intersectorial.

La doctora Caridad Brizuela Tejeda, especialista en Medicina Familiar y Vicedirectora de Higiene y Epidemiología, explica que el enfrentamiento comienza desde el equipo básico de salud, “el médico y la enfermera de la familia son el primer eslabón, cuando el paciente llega con síntomas iniciales, se le realiza una historia clínica detallada, examen físico exhaustivo y se registra en hoja de cargo como síndrome febril agudo. Esto activa de inmediato las acciones vectoriales en su vivienda”.

Estas acciones incluyen la fumigación dirigida por el Departamento de Vectores, “si en una misma manzana se reportan varios casos febriles, se interviene toda la zona. En la jornada de ayer, con apoyo de Higiene Provincial, se realizó un tratamiento extradomiciliario en el Consejo Popular 6 y otras áreas del territorio que son las más comprometidas actualmente”, añadió Brizuela.Además, el policlínico cuenta con cuerpos de guardia para la atención inmediata.

Caridad Brizuela Tejeda, Vicedirectora de Higiene y Epidemiología en el policlínico // Foto: Lilian Salvat

“Tenemos el Cuerpo de Guardia de Villuendas, ubicado entre Maceo y Masó, donde se atienden todos los pacientes con sintomatología de arbovirosis; si presentan signos de alarma, se remiten al Hospital Celia Sánchez Manduley, donde reciben una atención más minuciosa”, precisó la doctora.

También se dispone del estudio de IGMs para casos activos, aunque con limitaciones, “solo se realiza a pacientes que estén en fase activa y que realmente lo requieran, porque estamos bajos en cobertura de reactivos”, advirtió Brizuela.

La doctora Carmen Fundora Paneque, especialista en Medicina General Integral y responsable de la asistencia médica en el policlínico, destaca la importancia de la pesquisa activa, “el médico debe llegar a la vivienda, identificar síntomas, orientar a la familia y reportar, la prevención es clave, explicar cómo se transmiten los virus, promover el autofocal, la limpieza de patios y la recogida de desechos sólidos, aunque sabemos que es un tema complejo, cada hogar puede contribuir”.

Carmen Fundora Paneque, responsable de asistencia médica en el policlínico uno // Foto: Lilian Salvat

Este policlínico cuenta con 46 consultorios distribuidos en zonas como General Benítez, Caymari y el área de la terminal de Ferroviaria de aquí, a pesar de la sobrecarga, todos los consultorios están operativos, «hay médicos que atienden dos consultorios, pero no se ha cerrado ninguno, en estos momentos, manejamos hasta 60 ingresos domiciliarios diarios por arbovirosis, es una situación complicada, pero estamos respondiendo”, afirma Fundora.

Brizuela subraya que el ingreso domiciliario permite un seguimiento personalizado, “hay pacientes que a los tres días están bien, pero otros requieren hasta diez días, el médico evalúa cada caso y da seguimiento según la evolución, lo fundamental es identificar, prevenir y tratar, sin caer en la automedicación”.

Sobre este punto, la doctora es enfática, “hemos insistido en audiencias sanitarias, visitas casa a casa y hasta en la radio, no se debe automedicar, está contraindicado el uso de aspirina, diclofenaco, ibuprofeno o naproxeno, porque pueden agravar el cuadro si se trata de dengue, provocando sangramientos; el tratamiento es sintomático, paracetamol o dipirona cada 8 horas, sin abusar, y medidas físicas como compresas o baños para controlar la fiebre”.

También advierte sobre el uso de esteroides como la prednisona o la dexametasona, «son medicamentos agresivos que solo deben usarse bajo prescripción médica; en casos de chikungunya con artritis persistente, algunos especialistas en Medicina Interna, los indican, pero siempre con reducción progresiva de la dosis, no se pueden suspender de golpe. Aunque son eficaces, pueden desencadenar enfermedades endocrinometabólicas que afectan varios órganos”.

Ambas especialistas coinciden en que la clave está en la articulación entre vigilancia epidemiológica, asistencia médica y participación comunitaria. “No se trata solo de atender al enfermo, sino de cortar la cadena de transmisión, cada pesquisa, cada orientación, cada brigada de fumigación es parte de una red que protege a Manzanillo”, concluyen.

La salud pública se defiende en el terreno, con ciencia, compromiso y solidaridad, desde el Policlínico número uno, el mensaje es claro, la prevención comienza en casa, pero la respuesta es colectiva.

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