Se abre guerra política entre republicanos y demócratas por vacante en la Corte Suprema de Justicia

Foto Radio Rebelde

Una feroz batalla política estalló desde este sábado en Estados Unidos para elegir al sucesor de la jueza progresista de la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, quien falleció el viernes a la edad de 87 años.

La muerte de Ginsburg le da a Donald Trump la oportunidad de expandir la mayoría conservadora de la Corte Suprema, en un momento de gran división política en Estados Unidos.

Pero los principales líderes demócratas se oponen a cualquier intento de Trump de nombrar un reemplazante de Ginsburg antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, opinó que el ganador de los comicios debería ser quien haga la selección.

Por cierto, en el 2016, la mayoría republicana del Senado se negó a votar por Merrick Garland, el candidato a la Corte Suprema propuesto por Barack Obama, después de que el juez conservador Antonin Scalia murió durante ese año electoral.

Entonces, el líder senatorial republicano, Mitch McConnell, defendió que no debería votarse por un candidato a la máxima instancia judicial estadounidense en un año de elecciones, una postura que cambió desde entonces.

Ahora, McConnell prometió que el Senado votaría cualquier propuesta de Trump para la vacante en la Corte Suprema, lo que supone que avanzaría rápidamente en la confirmación del aspirante a sustituir a la fallecida Ruth Bader Ginsburg, un proceso que suele durar al menos dos meses.

Los nombramientos para la Corte Suprema requieren la confirmación del Senado, y los republicanos de Trump controlan esa cámara, con 53 de los 100 escaños.

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Los demócratas carecen de los votos para bloquear cualquier propuesta de Trump a menos que algunos senadores republicanos se les unan.

Muchos observadores de la corte esperan que Trump intente reemplazar a la fallecida Ruth Bader Ginsburg con otra mujer, tal vez Amy Coney Barrett, una jurista conservadora de la Corte de Apelaciones del séptimo circuito en Chicago.

Hay temor en los medios liberales de Estados Unidos por lo que pueda suceder, tras la muerte de la jueza progresista de mayor jerarquía en el país y a la que consideraban una heroína.

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Según comenta la cadena británica BBC, el fallecimiento de un juez de la Corte Suprema de Justicia siempre es algo trascendente en Estados Unidos, pero el Ruth Bader Ginsburg supone un terremoto de consecuencias imprevisibles.

BBC recuerda hoy que Ginsburg era un símbolo feminista y progresista del máximo tribunal judicial estadounidense, en asuntos como la igualdad de género o la inmigración, el aborto o el matrimonio igualitario.

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Su muerte abre ahora la posibilidad de que Donald Trump nomine a su sucesor en una corte de nueve miembros donde ya ha colocado a dos, y altere así por años el equilibrio ideológico del Supremo a favor de los conservadores.

Si colocase a un tercer magistrado netamente conservador, la Corte pasaría a tener seis jueces instalados por republicanos, mientras el bloque liberal quedaría en una minoría de tres.

Dado que los miembros del Tribunal Supremo ocupan su cargo de manera vitalicia, significa que cualquier cambio en la integración tiene efectos duraderos y una mayoría conservadora podría conducir con el paso del tiempo a alteraciones significativas en diversas ramas del derecho en Estados Unidos.

En declaraciones a la cadena británica BBC, un destacado profesor de derecho constitucional en la Universidad George Washington, Jonathan Turley, recordó que normalmente las nominaciones a la Corte Suprema son un deporte de sangre entre demócratas y republicanos.

Pero Turley anticipó que esa competencia ahora será verdaderamente apocalíptica, porque hay mucho en juego.

Y es que, como apuntan los analistas, el debate por el reemplazo de la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg ocurre en un país políticamente polarizado y a pocas semanas de una elección presidencial cargada de tensión.

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