
Su cabello plateado, una guitarra y una voz de inconfundible calidez constituyen atributos de Miriam Ramos, una mujer que integra el catálogo de lo mejor de la canción cubana de los últimos 60 años. En su voz, se han eternizado canciones de esas que con solo citarlas nos la devuelven a ella envuelta en melodías. Probemos a decir Ay, mariposa, de Pedro Luis Ferrer, y se nos presentará, con los ojos cerrados, entonando el tema e invitándonos a percibir la maravilla.
En la tarde de ayer le fue otorgado el Premio Nacional de Música 2024 a la cantante, compositora, guitarrista, actriz y conductora de espacios de radio y televisión, como aval de un jurado presido por Pancho Amat, e integrado por los músicos Niurka González, Orlando Valle (Maracas), José Manuel García y Augusto Blanca, quienes reconocieron la obra y el legado, para las nuevas generaciones de artistas, de esta dama de la cultura cubana.
«Desde que comenzó su carrera como solista, Miriam se enrumbó por hacer lo mejor de la canción cubana. Cantaba filin, bolero, trova, entre otros géneros. Siempre tuvo un horizonte muy grande a la hora de escoger su repertorio. El respeto, la entrega y la sabiduría con que interpretó la canción cubana, deben ser referencia para las nuevas generaciones», expresó el Presidente del jurado.
Nacida en 1946, estudió música en los conservatorios Amadeo Roldán, Alejandro García Caturla y en la Escuela de Superación Profesional Ignacio Cervantes, en la que se graduó de canto. Aprendió guitarra de forma autodidacta y fue integrante del Coro Polifónico (hoy Coro Nacional); después inició su carrera como vocalista, y más tarde, se vinculó al Movimiento de la Nueva Trova. Ha participado en festivales nacionales e internacionales y ha merecido reconocimientos, entre ellos, el Premio de Interpretación por el Concurso de la Canción Cubana Adolfo Guzmán en los años 1983 y 1984; el Gran Premio Cubadisco 1999, y el Premio en la Categoría Canción del propio evento en los años 1999 y 2000.
Miriam ha recibido el aplauso de su pueblo, así como hermosos elogios de grandes personalidades de la cultura. Nuestra Marta Valdés, en un comentario publicado en 1964 (Se llama Miriam y canta), a propósito de una presentación de la artista, escribió:
«Nos satisface de Miriam Ramos el carácter personalísimo que imparte a su trabajo; su propósito de encontrar un estilo sin rebuscamientos, sin desvirtuar las melodías, partiendo de una seguridad que su propia musicalidad le garantiza; su deseo de manifestarse como intérprete en virtud de la calidad de lo que canta y no a expensas de ello».
Por su parte, el doctor Eusebio Leal expresó en la presentación del dc Por La Habana que, «al escuchar su voz se percibe tal pureza y emoción que nos hace pensar que la noble inspiración de los poetas y trovadores cubanos ha encarnado en la grácil naturaleza de esta mujer».
Pedro de la Hoz, periodista y musicólogo, tal como lo dijo un día, hoy refrendaría: Miriam es la canción.