Tributo a hijos altruistas con estirpe de Titán

Homenaje a Maceo al comienzo de la Operación Tributo // Foto Marlene Herrera

El clarín anuncia la partida. Un aire de solemnidad envuelve a quienes cargan con una mezcla de admiración y dolor los restos mortales. Silencio. Lágrimas en los ojos. La sangre efervesciendo en las entrañas.

Un pueblo entero, padres, hermanos, hijos, llevan en andas a los dos mil 289 mártires que, cumpliendo misiones militares y civiles en la tierra africana, alcanzaron la gloria eterna.

Aquel siete de diciembre de 1989 volvía Cuba a rendir tributo a sus héroes, hombres comunes que llevaron justicia y libertad como bandera, adultos y jóvenes en su mayoría, engrandecidos en el sacrificio y la dignidad.

En ellos, los principios de un gigante mambí, del Titán de Bronce que en igual fecha del año 1896 empuñó por última vez el machete redentor. Su estirpe, que corre por las venas del verdadero cubano, les motivó a sumarse a una batalla ajena con la fe puesta en la victoria y les acompañó en cada ofensiva y estratagema.

Del Mayor General Antonio Maceo, segundo jefe del Ejército Libertador, aprendieron seguro la bravura, la entereza que no amilanó nunca ni el desgarrador golpe de las balas.

Por su actuar, como el de otros tantos que legaron su vida en el campo cubano como su ayudante el Capitán Panchito Gómez Toro, por su disposición a morir por la esperanza, estos cubanos partieron a la lejanía y engrandecieron con su valor la Patria.

La integralidad y vivir fecundo de Maceo Grajales fueron una guía para su actuar intachable en el frente de batalla, y su conversión en hidalgos de la independencia.

En la luctuosidad de la mañana el Sol alumbró los restos, las banderas, los panteones erigidos en su honor, y se arraigó el brillo de sus ejemplos junto al del Titán, como conquistadores de un corazón solidario, altruista y cubano.

Madres de mártires colocan ofrenda floral ante estatua de Maceo al comienzo de la Operación Tributo // Foto Marlene Herrera
Madres de mártires colocan ofrenda floral ante estatua de Maceo al comienzo de la Operación Tributo // Foto Marlene Herrera