Un código que promueve la igualdad

Imagen ilustrativa // Tomada de TV Santiago
Imagen ilustrativa // Tomada de TV Santiago

El anteproyecto del nuevo Código de Trabajo en Cuba previsto a aprobarse el venidero 2026 por la Asamblea Nacional del Poder Popular constituye un avance en cuanto a igualdad de género se refiere.

Tradicionalmente, la legislación laboral cubana ha protegido de manera encomiable a la mujer trabajadora en su condición de madre. Sin embargo, el nuevo anteproyecto va más allá. No se limita a la protección; promueve la igualdad real y efectiva al incorporar un enfoque de género, la ley deja de ver la conciliación entre la vida laboral y familiar como un «asunto de mujeres» y la convierte en una responsabilidad social compartida.

Herramientas como el teletrabajo, el trabajo a domicilio y licencias ampliadas y flexibles son mecanismos concretos que permitirán a todos los trabajadores, hombres y mujeres, participar de manera más equitativa tanto en la esfera productiva como en la reproductiva.
Esto no es un simple beneficio; es un cambio estructural que desafía roles de género arcaicos y permite el desarrollo profesional sin sacrificar la vida familiar.

Uno de los avances más significativos es la articulación explícita con el Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida. Al reconocer la necesidad de corresponsabilidad social en el cuidado de menores, personas con discapacidad y adultos mayores, el Código sienta las bases para desfeminizar esta labor, históricamente cargada sobre los hombros de las mujeres.

Las prohibiciones explícitas de toda forma de discriminación, violencia o acoso laboral, junto con la protección específica contra la discriminación por embarazo, marcan una línea clara e inquebrantable. La norma establece que «ningún empleador podrá condicionar la contratación, permanencia o promoción de una mujer por su estado de embarazo, ni terminar la relación laboral por ese motivo».

Esto no solo protege a la mujer, sino que también defiende el derecho a la maternidad como un bien social que debe ser garantizado, no penalizado. La aprobación de este anteproyecto de Código de trabajo será sin duda, un paso firme y necesario hacia el futuro y por la igualdad de género.

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