Un lazo dorado por las ansias de jugar y vivir (+AUDIO)

Maylenis Moreno González, de siete años, junto a su mamá Mayelín // Foto Denia Fleitas

A propósito del  Día Internacional del Cáncer Infantil este 15 de febrero, compartimos nuevamente este reportaje.

Maylenis tiene una energía inspiradora. Su rostro pícaro pudiera anunciarlo, pero sus sueños de crecer y entregar al mundo el arte que la impulsa a cantar y bailar, lo acentúa. No importa que bajo su gorrito se oculte la huella de la enfermedad que hace alrededor de un año amenazó con arrebatarle el júbilo; su garganta estalla y su voz se llena de melodías.

Y las notas de la canción, para mí desconocida, sirven como fondo musical a su historia: la de una niña común diagnosticada a sus seis años con una leucemia linfoblástica aguda, y atendida en el servicio de oncohematología del Hospital Pediátrico Hermanos Cordové de Manzanillo.

“Llegamos aquí el 20 de abril del año pasado, somos del municipio de Rio Cauto, pero veníamos procedentes de la provincia de Holguín porque fue allá donde le diagnosticaron a la niña que padecía la enfermedad. Por motivos de reparación la sala donde se atienden estos casos cerró y se reubicaron los pacientes y a nosotros nos trasladaron hacia Manzanillo que tiene carácter provincial”.

Así describe Mayelín González, madre de la pequeña Mailenis Moreno González, cuyos primeros indicios de que algo andaba mal fueron la hemoglobina baja y el eritro alto. Ante la inminencia del traslado hacia Pinar del Río, el servicio médico del hospital manzanillero y su colectivo, asumieron por primera vez, bajo la tutela del especialista de primer grado en Hematología Julio Echavarría Figueredo, el tratamiento de inducción a la remisión de la niña.

“Llegamos y permanecimos en el servicio durante siete meses. La acogida fue maravillosa en ese momento en el que estábamos tan tristes. Un trato maravilloso, yo estoy más que súper agradecida de haber venido para aquí”, dice la madre mientras enjuga sus lágrimas.

“Esta es como la segunda casa de nosotros. Fue aquí donde se le aplicó la quimioterapia intratecal, directamente en el líquido cefalorraquídeo, mediante punciones lumbares, cada 28 días”, explica mientras esperan ambas el momento de la administración de la última dosis del tratamiento terapéutico lumbar, con el fin de prevenir que las células leucémicas que llegan al referido líquido sobrevivan y sean la causa de una futura recaída al sistema nervioso.

“Este es un protocolo que tuvo varias fases, con determinadas complicaciones secundarias a la utilización de los citostáticos con características especiales a la hora de manejarse, incluso con las infecciones que se provocan producto a la aplasia medular por la quimioterapia”, expone la doctora Isabel María Osorio Caballero, al frente del equipo.

Doctora Isabel María Osorio Caballero // Foto Marlene Herrera
Doctora Isabel María Osorio Caballero // Foto Marlene Herrera

 


“Pero afortunadamente ella salió en remisión completa de la enfermedad y ahora está en tratamiento de mantenimiento, que se realiza de forma ambulatoria en casa, y con seguimiento estricto de las condiciones higiénico-sanitarias, de la alimentación, por la familia y el sistema de atención primaria de salud”.

“Y se suma a los cerca de 10 casos de pacientes infantiles que nosotros damos seguimiento aquí y se mantienen asintomáticos tras su tratamiento”.

Tras recuperar su voz, tomada por la conmoción, significa Mayelín que “le realizan los exámenes de sangre que tienen que ver con la enfermedad y durante un año toma dos medicamentos orales: metrotexate y mercaptopurina, que se las garantiza el hospital igualmente de forma gratuita”.

Recuerda que “al principio ella no quería quitarse su gorrito por la pérdida del cabello, pero la ayuda de la psicóloga que le acompañaba en cada sesión del tratamiento, y el apoyo de todos aquí, ya se siente cómoda así. Y como todo ha ido evolucionando bien, y su respuesta al tratamiento, para mí está sana”, expresa la madre con la esperanza en mano.

Maylenis junto a una de las enfermeras de la Sala de Oncohematología del Hospital Infantil manzanillero // Foto cortesía de la familia
Maylenis junto a una de las enfermeras de la Sala de Oncohematología del Hospital Infantil manzanillero // Foto cortesía de la familia

Los cuidados recibidos de forma oportuna han contribuido a este sentir maternal. La leucemia linfoblástica aguda es el cáncer infantil más común en edades pediátricas. En Cuba se diagnostican un promedio de 80 casos infantiles anualmente, pero más del 80 por ciento de quienes padecen esta patología salvan sus vidas por el diagnóstico temprano y disponibilidad de tratamiento del sistema médico.

La red nacional de atención ante enfermedades hematológicas malignas en niños es liderada por instituciones pediátricas de La Habana, Pinar del Río, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Sus logros contrastan con la realidad en 1966, cuando la curación de estas patologías era mínima: no superaba el 10 por ciento de los niños.

Mayelín agradece también la oportunidad “de recibir una ayuda monetaria por bienestar social, porque soy una madre trabajadora que precisa dedicarse a la niña; una ayuda hasta que pueda incorporarse a la escuela a partir del cuarto grado. Ahora cursa el segundo con un maestro ambulatorio que va a la casa, al igual que mientras estábamos aquí tenía una maestra”, refiere la madre, quien labora como oficinista en una escuela de la enseñanza secundaria del municipio riocautense.

“Ella puede quedar libre de su enfermedad, y tener una vida normal”, asegura mientras da gracias al sistema de salud por ofrecer el tratamiento gratuito a la leucemia, una enfermedad cuyo costo oscila entre los 30 mil a 60 mil dólares, en cada caso, porque son medicamentos importados.

Maylenis sonríe, mientras sostiene la muñeca que le acompaña con similar ternura a la de su madre al acurrucarla en sus brazos. Y deja escapar de sus labios que la doctora Isabel “es como si fuera una mamá mía, porque me trata bien y me cuida”; “yo jugando y contenta”; y a la interrogante de qué quiere ser cuando sea grande: “bailarina y cantante, porque canto y bailo”.

Vuelve a cantar, baila; y la alegría invade todo a su alrededor, incapaz de someterse a la sombra y a los intentos del destino de frenar sus ansias de jugar y vivir; con el brillo dorado que germina, similar al oro, de su fuerza interior.

Más del 80 por ciento de los casos con leucemia salvan sus vidas por el diagnóstico temprano y tratamiento oportuno del sistema médico cubano // Foto Denia Fleitas
Más del 80 por ciento de los casos con leucemia salvan sus vidas por el diagnóstico temprano y tratamiento oportuno del sistema médico cubano // Foto Denia Fleitas

EN AUDIO:

Fragmento de la conversación con  Mayelín y Maylenis: