Un mundo verde y natural

Llegamos y nos sorprendió ver quién lidera este emprendimiento manzanillero, es poco usual ver que un adolescente de solo 13 años, se apasione por las plantas al punto de convertirlo en parte indispensable de su cotidianidad.

Sebastian Hernández Ladrón de Guevara, es el protagonista del Vivero Verde y Natural, un emprendimiento relacionado «con la naturaleza, la reproducción y propagación de plantas medicinales, cactus y suculentas» – nos explica – «es un negocio familiar, todos me apoyan, mi abuela, mis primos, mi bisabuela, mis tías, mi mamá».

Hace un año inició como un hobby, en aquel momento eran solo dos o tres plantitas, hoy ya son 39 especies las que se reproducen en este vivero y con gran perspectiva al aumento.

«En el verano, impartimos junto a Las Dulcineas, un taller de Repostería y Jardinería para niños; al finalizarlo, conocí al Patio de Rosita, me gusto todo lo que allí vi y ahora nos van a patrocinar con un huerto urbano; además vamos a hacer círculos de interés con los niños de las escuelas primarias relacionados a la jardinería».

Sebastian Hernández Ladrón de Guevara, cuida y reproduce especies de cactus y suculentas // Foto Salvat Romero

Debido al interés que le causó una visita al Jardín Botánico Nacional, este joven decidió tomar este como referente e iniciar su aventura; Lorenza Incencio Reyes, su abuela y mano derecha en todo su empeño, nos comentó que Seba, padece de glaucoma, además estuvo tiempo de reposo por problemas en sus riñones, «toda esa pasividad y descanso lo empleó estudiando e investigando todo lo relacionado al cuidado y manejo de las plantas, eso lo ayudó mucho en su desempeño.

Lorenza Incencio Reyes, su abuela y mano derecha // Foto Lilian Salvat Romero

Nosotros lo apoyamos en todo, porque él es muy joven para tener y atender un negocio desde el punto de vista económico, la familia lo ayuda hasta en estas cuestiones, porque los productos y vasijas cuestan, en ocasiones las hemos mandado a buscar en La Habana, además la ayuda va en sus estudios, porque cuando toca el regado el antes de irse a la escuela hace una parte y yo termino el resto», no por dedicarle tiempo a esto su rendimiento escolar es bajo, «terminó con el máximo en las asignaturas, en Biología y Geografía tiene mucha ventaja», presume Lorenza.

Su dedicación a las plantas y todo lo relacionado contagia; Dylan Reyes Arias, es uno de los pequeños que participó en el taller de verano que Sebastian impartió, «siempre lo estoy ayudando, a subir y a bajar las plantas, a regarlas; en el taller aprendí a plantarlas y cuidarlas».

Dylan Reyes Áreas, lo ayuda en su vivero // Foto Lilian Salvat Romero

«Tengo que apoyarlo, realmente es agradable, a veces nos sentamos y tomamos un refresco alrededor de las plantas, disfrutamos de ese ambiente; él las cambia de lugar y ambienta la casa y eso trae paz», acota la abuela.

«Me gustan los Cactus y las Suculentas porque traen paz al interior, sus espinas, sus hojas, verlas florecer me gusta», dice Sebastian.

Este joven disfruta cada una de sus plantas, su vivero es un bálsamo a su interior, en su mundo verde y natural cada día encuentra refugio a sus pasiones.

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