Un pinchazo

“Me enorgullece formar parte de esta historia – comenta la licenciada Misleydis Peláez Rodríguez, enfermera del hospital Clínico Quirúrgico Docente Celia Sánchez Manduley de esta ciudad, que participa en la intervención sanitaria con el candidato vacunal Abdala- es un honor servir a mi país”.


“Cuando terminé mi preuniversitario decidí estudiar enfermería, comencé en la Universidad de Ciencias Médicas de aquí y vinculada a este hospital, en segundo año fuimos enlazados al estudio-trabajo y a mí me tocó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).


«Allí tuve varios momentos que me conmovieron mucho, pero recuerdo especialmente la estadía en ese servicio de la mamá de una compañera nuestra, la que siempre nos decía que era en nuestro turno donde mejor se sentía, lamentablemente luego de doce días ahí falleció pero tuvimos la satisfacción de poder brindarle una atención de excelencia, y como a ella a todos nuestros pacientes; tuve además la dicha de conocer y atender a muchas personas, solidarizarme con ellas en esos momentos tan difíciles.


«Lamentablemente por razones de salud tuve que salir de esta sala y comenzar en la de cirugía, 2A; recientemente para sorpresa mía, la dirección de enfermería del hospital determinó que yo junto a un grupo de compañeras participaríamos en la intervención sanitaria del candidato vacunal cubano anticovid-19 Abdala; una semana antes de iniciar la vacunación tuvimos una capacitación para la administración de este inmunógeno, del que esperamos los mejores resultados por el bienestar de toda la nación y del mundo.


«Esta tarea la asumó desde el 7 de abril, y hasta el momento no hemos tenido ninguna reacción adversa grave, sólo hipertensión, cefaleas y los malestares propios que cualquier otra vacuna podría dar, todos moderados. Aquí somos muy cuidadosos con este proceder y lo hemos asumido con un alto grado de responsabilidad, la profesionalidad ante lo que se hace es clave para no tener altercados o incidentes que pudieran dañas la labor de todo un país, en esta lucha de la que estoy segura saldremos victoriosos.


«Son ya casi tres meses de esta labor que nos llena de satisfacción, mi familia siente orgullo de mí por estar participando en este momento histórico, no solo para Cuba sino para todo el mundo, que trata de buscar la solución a esta pandemia. Cuando tenga nietos podré contarles, como lo hacían mis abuelos con las luchas rebeldes, yo les hablaré que luché no con armas de fuego, pero sí desde mi puesto de trabajo puse mi granito de arena para que este enemigo que nos ataca y nos deja miles de bajas por todo el mundo, fuera vencido con un pinchazo».

Misleydis se siente orgullosa de su misión

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