Manzanillo. Noviembre 3.- Si hay un sitio donde se puede adentrar al mágico mundo del tiempo y cruzar esa impresionante línea del conocimiento para apropiarse espiritualmente de las enseñanzas de los principales acontecimientos que nos antecedieron, es en los archivos históricos, un necesario lugar donde se atesoran las grandes memorias que perduran para la posteridad.
Hoy es el tercer día del onceno mes del año, una fecha que en Cuba hace 99 años se dedica a rendir homenaje a esos hombres y mujeres que honran al apasionante universo de estos sitios, en esta jornada se festeja en la nación el Día del archivero cubano.
En Manzanillo contamos con uno de esos importantes palacios de la investigación, el archivo histórico municipal, ubicado la calle Mártires de Vietnam entre Maceo y Masó, institución que lleva el nombre de Modesto Tirado Avilés, ese compatriota puertorriqueño que devino por la pasión y el amor a esta tierra, en hijo adoptivo de la ciudad de Manzanillo donde fue elegido como su primer alcalde municipal.
Aquí un consagrado colectivo lleva la labor del lugar y entre sus miembros encontramos a las especialistas en archivística Dervis Elvira Chávez Frías y Mariela Batista Reyes. La primera tiene un lustro de experiencia en esta labor, mientras que la segunda lleva a penas unos meses en este trabajo.
Dervis comparte con nosotros su función que es el de «procesar fondos aquí en la entidad que están atesorados durante mucho años. Todos no se trabajan por igual sino que se realizan por normas y llevan fases para identificar un trabajo de calle o investigativo», dijo.
Este es un sitio donde la investigación es la esencia de todo, así lo asegura esta archivera que ya va ganando en experiencias en esta labor. «Eso es fundamental, es la base por la que se va a tener el conocimiento de lo que estás procesando a través de las dos normas que se realizan y la metodología que lleva también», señaló Dervis.
Chávez Frías detalló además las categorías que existen de los fondos con que cuenta nuestro archivo que son, «los personales, familiares, y colecciones también. Contamos con tres fondos especiales que son la fototeca, la mapoteca y biblioteca-hemeroteca, todos abiertos para el público en general e investigadores.
De estos el último es el que más se utiliza porque tiene un caudal de información de la localidad a través de biografías, revistas, periódicos propios de la ciudad como el Orientación, documentos que se han guardado a lo largo de los años con un valor histórico permanente», dijo la especialista.
Para Dervis es algo especial tener tanta historia tan cerca de sus manos y poder brindársela a los usuarios del archivo. «Ese orgullo de sentir que trabajas con esa documentación que tiene tantos años, que ves una firma original, auténtica de cualquier personaje de la historia como Carlos Manuel de Céspedes, es algo muy bonito porque te remontas a esa época, la vives y te familiarizas más con esos personajes de aquellas etapas.
Ese placer de poderlo presentar, el hecho de saber que nosotros contamos con eso es muy bonito para el archivero y para quien le guste como a mí (sonríe), que me encanta mi trabajo, además descubres muchas cosas y te da la oportunidad de hacer tus propias investigaciones», confesó Chávez Frías.
Mariela la otra especialista en archivística confiesa también que a pesar de llevar muy poco tiempo aquí ya se encuentra enamorada de su trabajo. «Ser archivero es algo tan bonito y estar en este archivo es una satisfacción muy personal que trae un compromiso con la historia, con tu país y con la transmisión del conocimiento a las nuevas generaciones».
«De lunes a viernes desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde estamos abiertos al público», dice Mariela quien ya siente pasión por lo que hace. «Me gusta porque tenemos que estar estudiando permanentemente para poder prestar un buen servicio y conocer las características de cada fondo, para ayudar a las personas. Es un trabajo muy bonito, aquí ser archivero es una gran satisfacción», confesó.
Hoy con la modernidad Mariela considera que tienen un gran reto por el uso de las nuevas tecnologías y el internet, pero que a pesar de todo estas instituciones no están en desuso pues, «aquí siempre llegan los investigadores buscando el testimonio fiel de su historia. Yo no pienso que la tecnología nos opaca, al contrario, investigamos más para poder prestar un buen servicio, pues no es lo mismo ver físicamente el objeto a verlo de forma digital.
Aunque la informatización también es favorable para poder conservar documentos muy antiguos que ya como se han manipulado tanto se pueden deteriorar muy fácil, entonces lo digitalizamos para que el usuario tenga mejor acceso a él», dijo.
Batista Reyes es la que lleva además el trabajo de la comunicación en este archivo y tuvo a su cargo la realización de una jornada de actividades en saludo al tres de noviembre que incluyó varias actividades, «que comenzamos desde el 15 de octubre hasta hoy.
Durante este tiempo tuvimos acciones directas en las diferentes plataformas digitales con exposiciones virtuales, interactuamos con varias empresas locales de las que atesoramos que memorias como la Eléctrica, Salud Pública y Calzado, así como divulgados el trabajo que hacemos aquí y la biografía de Joaquín Llaverías el primer director del archivo histórico nacional de Cuba», manifestó Mariela.
La memoria histórica de estos archivos se logra además por aquellas donaciones que cualquier persona pueda realizar a la institución. «Un gesto como ese tiene gran valor porque el objeto que se done va a quedar en la historia.
Aquí se va a procesar, cuidar, restaurar a cuidar y va a prevalecer esa información que servirá para compartir en un futuro ese conocimiento a otra persona más, y es un placer esa donación de fotos, de documentos antiguos protegerlos aquí en esta entidad porque este es el archivo local donde está toda la riqueza y la información del territorio», manifestó Chávez Frías.
Cada tres de noviembre en Cuba, por el Decreto Ley número 265 del Sistema Nacional de Archivos se celebra el Día Nacional del Archivero Cubano. La fecha recuerda el nombramiento oficial de Joaquín Llaverías Martínez, como Director del Archivo Nacional de Cuba en el año 1922, por el entonces presidente de la República, Alfredo Zayas.
Llaverías fue Capitán del Ejército Libertador y era un prestigioso conservador de documentos valiosos. Este año la celebración se dedica a la importancia y conservación de los archivos personales.
La documentación de archivo es un instrumento vital para la toma de decisiones en la resolución de las actividades administrativas y es la vía para comprender los procesos de transformación social y de otra índole, que permiten afianzar nuestra identidad y desmentir las numerosas campañas en contra de nuestro país.
Los archivos viven por los archiveros, ellos orientan la búsqueda documental, organizan los materiales y ofrecen datos de interés, así como las medidas de protección.
El archivero es un profesional de la información que posee habilidades para sus funciones y se convierte en un puente seguro hacia el conocimiento. Llegue entonces hoy a ellos las felicitaciones y el agradecimiento por tanta entrega y pasión en el maravilloso mundo de la historia.