
Manzanillo. Febrero 14.- En medio de una compleja situación electronergética y desafíos económicos y sociales que afectan al país, la Facultad de Ciencias Médicas de Manzanillo celebró este jueves la graduación de su promoción 2024.
El acto, que reunió a autoridades políticas, gubernamentales y académicas, fue un testimonio de resiliencia y dedicación, destacando el esfuerzo de cientos de jóvenes que culminaron sus estudios en condiciones adversas.
Durante la ceremonia 267 jóvenes recibieron sus títulos de doctores en Medicina y 15 en Estomatología.
Además, se graduaron 53 licenciados en Enfermería, 43 en Sistema de Información en Salud, 26 en Higiene y Epidemiología, 13 en Bioanálisis Clínico, 12 en Rehabilitación e igual cantidad en Imagenología.
El acto, dedicado al legado de Fidel Castro, reconoció a 92 graduados con Títulos de Oro, otorgó nueve Premios al Mérito Científico y distinguió a 30 profesionales con la Condición Mario Muñoz Monroy, un galardón que resalta la excelencia académica y el compromiso social.
Participaron en la velada, Reynier Beltrán Sánchez y Rossio Naranjo Figueredo, principales autoridades políticas y gubernamentales del territorio, así como de la doctora Yelenis Elías Monte, directora de Salud Pública en la Provincia Granma.
El decano de la Facultad, Bárbaro Jashel Guerrero, enfatizó en sus redes sociales el significado de este logro en un contexto nacional lleno de dificultades: «Graduarse como médicos, estomatólogos, enfermeros y técnicos de la salud en estas circunstancias representa un esfuerzo titánico, una muestra de resiliencia, dedicación y vocación inquebrantable. Cada uno de estos profesionales ha demostrado que, incluso en las condiciones más adversas, es posible alcanzar la excelencia y prepararse para servir a los demás con ética, ciencia y conciencia. Este logro no es solo personal, sino colectivo. Es un triunfo de las familias, los profesores y la comunidad que ha apoyado incondicionalmente a estos jóvenes en su camino».
La graduación de 2024 no solo marca el inicio de una nueva etapa para estos profesionales, sino que también se convierte en un símbolo de superación y compromiso, demostrando que, pese a las dificultades, la formación de profesionales de la salud en Cuba sigue siendo una prioridad y un motivo de orgullo nacional.
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