
Manzanillo. Junio 13.- Frente a la creciente vulnerabilidad costera y los daños ecológicos significativos que afectan a esta ciudad del Golfo de Guacanayabo, una fuerza motriz surge desde las aulas del campus universitario Blas Roca Calderío. Estudiantes, principalmente de la carrera de Biología, y sus profesores, liderados por iniciativas como el proyecto Costa Viva, despliegan una intensa labor medioambientalista que trasciende los muros académicos para sanar el territorio y sembrar conciencia.
El escenario que impulsa esta labor es alarmante, Manzanillo enfrenta graves afectaciones ambientales, con varias zonas particularmente dañadas, como el área de La tronconera, en El Palmar. «Es una zona donde se ha devastado mucho el mangle», explica con preocupación Víctor Remón Fernández, Máster en Ciencias, Profesor Auxiliar del campus Blas Roca Calderío y Director de Desarrollo Territorial en Manzanillo. «Hoy se hace necesario la repoblación de ese mangle. Hemos tenido éxito en la siembra del mangle en la zona protegida de la Demajagua», añadió.
Estas acciones no son esporádicas, sino que encuentran su marco organizativo y visión estratégica en el proyecto Costa Viva, fundado en 2017 como una iniciativa de la Cátedra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Facultad de Educación Media del campus Blas Roca Calderío.
La labor del campus y de Costa Viva no se limita al trabajo físico de restauración, reconocen que la batalla a largo plazo se gana con conciencia. Por ello, una parte fundamental de su estrategia es la educación ambiental. Miembros del proyecto, tanto profesores como estudiantes, imparten charlas educativas en centros educacionales de todos los niveles, centros laborales y en las propias comunidades. El objetivo es claro: formar valores para una profunda conexión y responsabilidad con el territorio local y modificar actitudes y estilos de vida hacia otros más sostenibles y respetuosos con el entorno.
Esta semilla se siembra también a través de círculos de interés en escuelas primarias y secundarias, captando el interés de los más jóvenes por las ciencias naturales y la protección de su entorno inmediato.
La labor medioambientalista que irradia el campus Blas Roca Calderío, encarnada en el proyecto Costa Viva y la energía de sus estudiantes de Biología, representa un modelo poderoso de respuesta local a desafíos globales.
Frente a la devastación costera y la amenaza climática, Manzanillo encuentra en sus propias aulas y en sus jóvenes una fuerza organizada, científica y comprometida con el futuro de la ciudad y su golfo.