Las muertes en Estados Unidos por la epidemia de la COVID-19 han superado las dos mil diarias por dos jornadas consecutivas a medida que avanza el invierno en el Hemisferio Norte, la temporada más peligrosa para la expansión del virus que provoca la enfermedad.
El número de decesos por COVID-19 alcanzó su segundo nivel más alto el miércoles con dos mil 811, uno menos que el récord del 15 de abril, en los inicios de la pandemia.
Los reportes oficiales señalaron también de 200 mil nuevos casos en el país, con hospitalizaciones récord por cuarto día consecutivo, cercanas a 100 mil pacientes, lo que pone a los centros médicos al borde del colapso.
Además, el alto número de ingresos por COVID-19 reduce la capacidad para atender a personas necesitadas de tratamiento para otras dolencias.
Las instalaciones hospitalarias rurales y suburbanas se han visto particularmente afectadas, lo que amenaza su viabilidad económica, según el investigador principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, Amesh Adalja.
En declaraciones a la cadena MSNB, Adalja no vislumbró un final, porque hay mucha propagación de la COVID-19 en la comunidad y previno que la epidemia podría forzar el cierre de hospitales.
Para el director de los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, el doctor Robert Redfiel, diciembre, enero y febrero probablemente se presentarán como el momento más difícil en la historia de la salud pública del país.
La última ola de contagios ya ha demostrado ser mucho más devastadora que las olas anteriores, a juicio de Redfiel, quien llamó la atención acerca del amplio alcance geográfico y la trayectoria más pronunciada en el aumento actual de las tasas de infección, hospitalizaciones y muertes.
Redfield alertó que la nación podría comenzar a sufrir alrededor de tres mil decesos por COVID-19 cada día durante los próximos dos meses, y que, lamentablemente, antes de febrero, la cifra de estadounidenses fallecidos a causa del SARS-COV-2 podría llegar a 450 mil, una cifra que se sitúa en torno a 273 mil en estos momentos.
El director de los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos instó nuevamente a la población a redoblar su diligencia en cuanto al uso de mascarillas, el distanciamiento social y la higiene de manos para frenar la propagación del virus.
Si no hay un mayor esfuerzo de los estadounidenses para mantener el distanciamiento social y en el uso de mascarillas, el número de muertos podría llegar a casi 450 mil para el primero de marzo, de acuerdo con un instituto de la Universidad de Washington que es uno de los referentes en el campo de la evaluación de parámetros médicos.
Al mismo tiempo, planea sobre el país la advertencia del director del gubernamental Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, quien pronosticó que en dos o tres semanas podría verse un nuevo brote, además del actual.
Varios expertos coinciden en que habrá un fuerte aumento en la curva de contagios por covid-19 después de la festividad del Día de Acción de Gracias, que suscitó el traslado de millones de personas en todo el país, el pasado jueves.
Mientras, con sus días contados, el Gobierno de Donald Trump continúa sin articular una estrategia efectiva de contención del virus más allá de promover el desarrollo de una vacuna, y las pocas apariciones públicas del mandatario se han dedicado a revertir los resultados de las elecciones del 3 de noviembre.