Los aportes que han realizado al desarrollo económico y social del país la ciencia y la innovación son incuestionables. No por casualidad ello ha sido definido por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, como uno de los tres pilares en los cuales se basa la construcción del sistema de gestión de Gobierno cubano.
El mayor reto, en la actualidad, sigue siendo extenderlo y aprovechar sus potencialidades en todos los sectores y ámbitos del país. Y como parte de ese propósito, el Jefe de Estado encabezó en el Palacio de la Revolución la primera sesión de trabajo con directivos del Ministerio de Energía y Minas, así como con científicos y expertos de los centros de investigaciones relacionados con ese sector estratégico. Una práctica que se extenderá paulatinamente a otras carteras.
Tal y como recordó el mandatario durante la sesión de trabajo, –en la cual también participaron el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, y los viceprimeros ministros, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez e Inés María Chapman Waugh- este tipo de intercambios tuvo sus orígenes en medio de la epidemia provocada por la COVID-19, la cual permitió implementar y avalar este sistema de gestión gubernamental de una manera más intensa y accionar desde diferentes ámbitos ante un problema tan complejo.
Más de cincuenta encuentros se han realizado desde entonces, y ese desempeño conjunto –reconoció el Presidente de la República- ha sido fundamental para obtener los resultados que se muestran en el enfrentamiento a la enfermedad, superiores a los de la región de las Américas.
Posteriormente, dijo, esa práctica se extendió al programa de Soberanía Alimentaria y Nutricional. El propósito es continuar avanzando en los más diversos sectores para, de manera gradual, crear una mayor cultura en estos asuntos y fortalecer el sistema de trabajo.
A manera de recuento, Díaz-Canel destacó que en “Cuba, después del triunfo de la Revolución, ha existido una activa política del conocimiento, encabezada por el pensamiento y la acción de Fidel”.
En tal sentido, subrayó la creación de capacidades de ciencia, tecnología e innovación bien articuladas a la sociedad, como es el caso de BioCubaFarma, la cual consideró “una de las concepciones más integrales que tenemos de ciencia, porque es un sistema, ahora empresarial, donde la ciencia y la investigación se han constituido en fuerza productiva y participan en el proceso de producción, de mercado y de innovación, todo lo cual se retroalimenta en ciclo cerrado”.
Si bien en varios sectores Cuba exhibe magníficos resultados asociados al empleo de la ciencia y la innovación, el mandatario valoró que no en todos sucede de igual manera. “El sistema de ciencia, tecnología e innovación está débilmente interconectado en Cuba, hay una insuficiente interconexión entre el sector del conocimiento, o sea las universidades, el sistema productivo de bienes y servicios y los territorios”, reflexionó.
En tal sentido, significó que uno de los aspectos que caracteriza la situación en el país es que el principal potencial científico y de innovación está en las universidades y en las entidades de ciencia, tecnología e innovación, no así en otros espacios como el sistema empresarial.
Con el propósito de favorecer el desarrollo de la ciencia y la innovación, explicó ante los asistentes a la reunión que en los últimos años se ha avanzado en la aprobación de una política para el sistema de ciencia y tecnología, así como de un conjunto de normativas, de manera que la institucionalidad en este ámbito va teniendo una transformación.
“La batalla económica, que es una de las prioridades que tiene hoy el país, nos está exigiendo que exista una gestión de la ciencia y la innovación de una manera más amplia, más intensa, más coherente”, subrayó el Jefe de Estado.
De ahí su insistencia en la necesidad de desarrollar un sistema de gestión de Gobierno basado en ciencia e innovación, que permita incrementar la efectividad de esas conexiones entre las universidades y las entidades de ciencia y tecnología e innovación, con los sectores productivos de bienes y servicios y los territorios, para contribuir al cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030.
“Queremos ir a un momento donde haya un elevado impacto del conocimiento de la ciencia y la innovación en el avance del país para el cumplimiento de nuestros principales planes de desarrollo”, enfatizó.
Y no solo el Gobierno central está convocado a ello, señaló el mandatario, pues urge aprovechar el conocimiento en todos los niveles, también en los municipios, de manera que la gestión de la innovación llegue al desarrollo local.
De vital consideró la prioridad de orientar la preparación y la superación de los cuadros a una cultura de innovación. “Si los que dirigen y gestionan los procesos no tienen una cultura de innovación, no van a defenderla”, aseguró.
Como concepto de trabajo, definió que, ante la existencia de un problema, todo aquel que dirige en el país lo primero que debe hacer es acudir a la investigación científica para, con sus resultados, innovando, resolverlo.
Al realizar la presentación de este primer encuentro de trabajo, el titular de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, comentó acerca del funcionamiento del Consejo Técnico Asesor de ese Ministerio, el cual constituye una fortaleza en el trabajo que desde tan importante sector se realiza.
De tal manera, se expusieron detalles relacionados con los principales problemas identificados por dicho Consejo y las líneas de investigación asociadas a proyectos de ciencia y técnica que tributan a resolver esas problemáticas.
Hemos tenido un grupo de resultados importantes, no solo ahora -destacó Arronte Cruz-, sino también en años anteriores, pues esta manera de hacer es una práctica en el Ministerio, donde el trabajo conjunto con las universidades, expertos y científicos ha permitido integrar varias líneas de investigación a partir de las cuales se han identificado oportunidades de mejora.
No obstante los resultados que allí se exhiben, varias de las intervenciones realizadas durante el encuentro destacaron la importancia de diseñar una estrategia de formación doctoral en el organismo. Además, enfatizaron en la necesidad de consolidar las alianzas con las universidades y la industria, así como de desarrollar sólidos proyectos de investigación en los más diversos ámbitos del sector.
Allí donde es más necesario deben seguirse aplicando la ciencia y la innovación, definidas como uno de los tres pilares de la gestión de Gobierno en Cuba. Es este otro de los grandes desafíos que tiene por delante el país tras el propósito de avanzar en el desarrollo económico y social, también con la fuerza del conocimiento de nuestros profesionales y la inteligencia colectiva que ha respaldado durante más de 60 años la Revolución.