
Llama a la puerta y ante la expresión de «un momento», Jean Carlos García Gómez espera, sin importar que a su espalda se sienten con intensidad los rayos del sol que le acompañan en su misión de casa en casa.
En sus «buenos días, cómo se siente hoy», la incomodidad por los quehaceres interrumpidos se disipa, y la respuesta inmediata es la sonrisa del manzanillero que permite la entrada del sistema de salud en activo para detectar la presencia o no de síntomas que sugieran un contagio con COVID-19.
Una pregunta y otra dan paso al diálogo salvador, que profundiza en sensaciones, malestares físicos y enfermedades crónicas de los habitantes del hogar, para escudriñar entre ellos lo que pudiera anunciar un punto rojo y tomar conductas de prevención oportunas.
«Soy estudiante del primer año de la carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley, y es de suma importancia que nos involucremos en las pesquisas, porque contribuimos a la detección de los diferentes factores de riesgo de la población e identificación de quienes pudieran presentar síntomas sugestivos tanto de la COVID-19 como de las arbovirosis».

Así comenta mientras se desplaza hacia otra de las moradas de las tres manzanas del consejo popular de centro de la ciudad, perteneciente al policlínico uno Francisca Rivero Arocha, que a diario visita sin pasar al interior, guardando las distancias y sin bajar ni un ápice la mascarilla como medidas para su protección.
«Desde principios de esta semana nos incorporamos a la vital tarea, junto a nuestros profesores y personal de los consultorios y policlínico, y lo hacemos conscientes de que esta estrategia preventiva evitará un agravamiento de la situación epidemiológica en el municipio.
«Para ello fuimos preparados y nos alejamos mínimo un metro de los moradores que vamos a pesquisar, y aunque se reiteren las interrogantes lo tenemos que hacer, porque de la profundidad de nuestra encuesta, de la confianza que logremos con los ciudadanos podrá salir una más certera búsqueda, más próxima al verdadero estado de salud».

La reorganización del proceso docente de la Universidad Médica de Granma y el vínculo de sus estudiantes en los 13 municipios de la provincia con las pesquisas, como parte del trabajo comunitario integrado, fortalece este vital desempeño de la Atención Primaria de Salud, pilar del sistema sanitario cubano, para proveer un diagnóstico precoz y certero, y un seguimiento médico a las enfermedades que padece cada persona sin salir de su casa.
La doctora Karina González, especialista de primer grado en Medicina General Integral del área de salud uno, explica que desde el puesto de mando del cual es ella responsable, de los seis creados en el policlínico Francisca Rivero, se visitan a diario su población superior a los cinco mil 800 habitantes, de seis consultorios.
«Hay pesquisadores de la Clínica Estomatológica, Educación, Deporte, Sala de Rehabilitación, Óptica, y los estudiantes de Ciencias Médicas, que superan en total una fuerza de 50 personas que velamos por este estudio y el bienestar de todos.

«Se nos deben de sumar en lo adelante alrededor de 400 jóvenes del primero al quinto año de la carrera de Medicina, que como en la etapa anterior serán de primordial ayuda para ganarle al nuevo coronavirus en este rebrote».
Similar panorama se evidencia en las áreas de los cinco policlínicos del municipio, jóvenes de batas blancas y pantalones azul interrogan y anotan cada incidencia referida por los manzanilleros, en batalla campal, colectiva, por la salud y la vida de los más de 127 mil habitantes de la ciudad del Golfo de Guacanayabo.
«Es un trabajo difícil, que lleva horas, porque hay que dedicarse al asunto, tomar seriedad, ser responsables, puesto que así cuidamos a la comunidad y a nosotros mismos; por eso como está establecido si en la mañana no están pues vuelvo por la tarde para que nadie quede sin ser pesquisado, y cada parte que emito es verídico y fidedigno, conforme a la ética que nos debe caracterizar como representantes de la vanguardia de salud en Cuba», comenta Jean Carlos García Gómez.

«Me siento orgulloso porque incluso ellos depositan el peso de la confianza en nosotros y debemos corresponder haciéndonos responsables con su salud, con la profesión que escogimos para estudiar y representar los más altos valores humanistas de la patria».
Como Jean Carlos, estos verdaderos protagonistas por la vida vuelven a la carga, desafiantes al sol y la adversidad epidemiológica, superando los temores de encontrar a un sospechoso o positivo, pero conscientes de su hazaña en favor del bien de todos.