La responsabilidad parental ha sido uno de los temas más abordados en torno el nuevo Código de las Familias en Cuba. Lejos de algunas concepciones que genera la cuestión sobre la supuesta pérdida de autoridad por parte de los padres hacia las niñas, niños o adolescentes, de lo que se trata es de reforzar tal relación.
En este sentido, los llamados acuerdos de parentalidad es otro de los elementos abordados en la legislación que el próximo 25 de septiembre se someterá a votación. Según lo explicado por Ana María Álvarez Tabío Albo, profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, a través de estos pactos de parentalidad, madres y padres podrán decidir la manera en las que se van a desenvolver las relaciones con los hijos.
Este es solo un ejempo claro de cómo se pueden llegar a acuerdos sin la necesidad de llegar a un ente judicial para que decida qué hacer en esos casos. De lo que se trata, y queda claro en el Código, es de preservar el interés superior de las niñas, niños y adolescentes.
La nueva legislación en su conjunto brinda la posibiliad de no tener que llegar a las discrepancias y sí de establecer acuerdos que beneficien a cada una de las partes.
De lo que se trata también es de generalizar los afectos y pactar en manos de quién va a quedar la guarda y cuidado de los menores, así como las maneras en que se van a establecer las relaciones entre los progenitores que no tengan la guarda y cuidado.