Adiós, novio de las esculturas

Manzanillo. Agosto 16.- La tristeza gana espacio esta mañana en el ambiente gris de una ciudad que siempre ha sido inspiración, emociones y amor para hijos y visitantes.


El amanecer quiebra de dolor el bronce; las esculturas se inclinan ante el quebranto y el desconsuelo anida multiplicado en familiares, amigos y colegas.


Desayuno amargo el del lunes en la Ciudad del Golfo de Guacanayabo porque se apagó un hombre sencillo, noble, carismático, fiel, de los estelares, artista de los pies al cielo: Ramón Cisnero Tamayo, escultor, dibujante, diseñador; “ese negro era mi hermano, de los mejores hombres que he conocido en la vida.

Estudiamos juntos en la ENA, sincero y fiel.
No puedo más, te escribo luego”, me dice desde Bayamo, otro genial, Juan Luis Maceo.


“Acaba de fallecer Cisnero”, me teclea por el chat Manuel Olivera Álvarez, presidente del Comité Municipal de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en Manzanillo y agrega “mi alumno en la Escuela Elemental de Artes Plásticas Carlos Enríquez y luego mi compañero de trabajo ahí.


«Durante diez años fue mi director en la Taller de Artes Plásticas.El Negro tenía una “alegría porfía” que heredó de su queridísima madre. El arte granmense ha perdido a uno de sus exponentes más representativos y yo a un compañero, un amigo, jefe, a mi hermano que seguirá vivo en mis recuerdos.”


Luego de conocer la nefasta noticia, Rosa María Rodríguez García, directora de Patrimonio en Granma, tecleó: “Esta es una de las publicaciones que no quería ver. Se nos ha ido un hombre genial, amigo talentoso y carismático, siempre con una sonrisa en el rostro.


Damarys Hernández González, trabajadora del sistema bancario aquí aseveró que “la tristeza es muy grande” y la abogada Lisandra Sánchez Solano describió al artista como un manzanillero humilde, sencillo y muy talentoso.


“No cabe tanto dolor en el pecho” afirmó la terapeuta Esther Salcedo y a continuación agregó que “murió uno de los grandes, gran artista, excelente familia y un amigo ejemplar.
«Donde quiera que te encuentres te llevamos en nuestros corazones, aunque tu partida nos haya destrozado.”


“Quien puede dudar del buen hijo que fue, del padre apasionado y amoroso con sus dos bellas hijas y ahora el par de nietos”, valora Manuel Sánchez Ferro y continúa “era un hombre dispuesto a enfrentar cualquier cosa, un amigo incondicional.


“La vida no dejó que pudieses celebrar tu próximo cumpleaños; sé que Dios te recibirá con los brazos abiertos por la gran persona que fuiste. EPD mi HERMANO”, cerró Sánchez Ferro.


El periodista se queda con la imagen del hombre sobre la moto roja, sonriendo y saludando a todos; gestionando aquello, esto y lo otro para continuar dándole colores al Manzanillo que tanto amó.


Me quedo con la reverencia patriótica que el Negro, el Bolo, el Cisne, el hombre noble y sincero (como escribió Juan Luis Maceo) hizo en La Demajagua, el Altar Sagrado o en la Plaza de la Revolución Celia Sánchez; la ofrenda artística en la estatua del Beny Moré frente al mar o las mujeres de concreto en el malecón de la urbe.


Lunes demasiado triste. Cisnero continuará esculpiendo la bondad y la nobleza a la diestra de Dios para desde el paraíso iluminar su pueblo, sonreír y abrazar a los que le conocimos. Hoy el desayuno es amargo. Descansa en paz, hermano.


(Por: Roberto Mesa Matos)