Agosto, el acelerador de la temporada ciclónica

La temporada ciclónica en el área geográfica del océano Atlántico tropical, incluido el Golfo de México y el mar Caribe, se extiende de junio a noviembre y en el octavo mes comienza su período más activo de desastres apreciados ante ciclones tropicales y otros peligros de origen natural, tecnológico y sanitario.

Un fenómeno de ese tipo intensifica su aparición en el transcurso de la segunda quincena de agosto que, en unión de la primera de septiembre, constituye el inicio de la etapa más peligrosa de tal semestre de excepcional humedad, aunque en el caso de Cuba es la única forma de llenar sus cuantiosos embalses.

Tanto es así que en septiembre de 2002 y agosto de 2004 ocurrieron ocho en total, lo que constituyó el récord mensual de más ciclones que reciben su nombre cuando rebasan la fase de tormenta tropical, según historiadores del sector.

Sin embargo, en Cuba, agosto es el tercer mes de mayor peligro de azote de un ciclón tropical, después de octubre y septiembre, cuando suelen estar acompañados por una extensa área de nublados con chubascos, lluvias, tormentas eléctricas y hasta tornados.

Una lista de los más significativos huracanes que impactaron entonces el país en el curso de este siglo contempla en 2004 el Charley, cuyo centro penetró en tierra firme por la costa sur de la entonces provincia de La Habana en la madrugada del día 13, con categoría 3 en la escala Saffir-Simpson y vientos máximos sostenidos de 180 kilómetros por hora y rachas superiores a los 200 km/h.

Además, en 2008 Gustav, de categoría 4, que el 30 de agosto de 2008 atravesó la porción oeste de la Isla de la Juventud y luego tocó suelo de Pinar del Río por un punto de la costa sur del municipio de Los Palacios. En ambos territorios provocó cuantiosos daños materiales.

A la sazón, la estación meteorológica de Paso Real de San Diego registró una impresionante racha de 340 kilómetros por hora, la más alta velocidad del viento medida de manera oficial en el archipiélago.

Por su naturaleza sumamente fuertes, engrosaron la lista Camille en 1969, Allen en 1980, Andrew en 1992 (devastó zonas del sur de la Florida), y Katrina en 2005, que ocasionó un desastre de gran magnitud en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans.

Solo durante este mes entre 1791 y 2022, impactaron en el archipiélago cubano 19 huracanes, lo que equivale a 16% de los que tocaron el país en 231 años, argumentó el profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, Coordinador de la Comisión de Historia, de la Sociedad Meteorológica de Cuba.

Mencionó el hecho de que el último en azotar al país en agosto recibió el nombre de Ida, que en 2021 causó daños moderados en el municipio especial Isla de la Juventud y en la provincia de Pinar del Río.

La reiteración de lo peligroso de la temporada ciclónica en agosto, pese a que la de este año sea de normal a poco activa, conduce a la mayor preparación posible, una especie de vocación cultural que practica desde 1986 el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y su sistema de ejercicios populares encaminado a la reducción de riesgos.