Andar noticioso «al ritmo de la vida»

Así como el pintor llena con maestría de colores el lienzo, Roberto Mesa Matos toma la paleta de su acervo y mezcla con sensibilidad y precisión las letras que regalan a la audiencia los matices de la realidad objetiva, desde un hacer que para él es razón de existencia.

Al vuelo hilvana las palabras para decir con precisión todo cuanto acontece, porque la chispa que prendió en Robertico desde 1996, cuando participó del infantil Somos la Niñez en Radio Granma, se tornó en llama incesante que aviva con cada reporte o testimonio de la autoría de este comunicador por excelencia.

“Comencé tomando notas a través del teléfono, cuando en el noticiero Granma en la Noticia se publicaba la distribución del gas, de los cárnicos, las afectaciones eléctricas, todo eso lo localizaba yo “vía 500”. Empecé a reportar desde la secundaria básica como corresponsal pioneril. Ahí supe que eso, la radio, sería mi mundo, y el periodismo mi inmensa pasión».

“Sin la radio y sus enseñanzas no sería el profesional que soy hoy. Los más emocionantes momentos están entre las paredes de Radio Granma: los primeros tropiezos, el levantarse y andar, la alegría de los premios, los sinsabores; el impulso a ser mejor, a superarme sin pasarle por encima a nadie.”

“Gloria, mi abuela materna, siempre me decía que el saber no ocupa tiempo ni espacio, y de eso se trata. Cada profesión que uno asuma tiene que desempeñarla con amor, entrega incondicional y si para ello tienes excelentes maestros, pues bienvenido sea, hay que aprovechar esa oportunidad que pone la vida en tus manos».

“No soy periodista de academia, estudié Comunicación Social, que es una especialidad afín, pero para mí, en los inicios, fue determinante la mano amiga y paternal de profesores como Pedro Vera Portales, el Hombre Noticia, la inmediatez hecha persona; Mayra Batista Infante, la pasión periodística hecha mujer; Elvia Carbonell, la rectitud, disciplina y responsabilidad. Tampoco olvido a Ramón Sánchez Parra, la cátedra, aún conservo en casa la hoja, ya amarillenta, de la explicación que me dió del lead; recuerdo el titular: Hablará Fidel hoy en Manzanillo”.

Oiga, si es noticia, la da Pedro Enrique Vera Portales: la que no «tiene» la busca y la «tira.»

Para mi es una…

Publicado por Roberto Mesa Matos en Martes, 23 de febrero de 2021

“En el periodismo radial uno no termina de aprender, ni tienes la verdad absoluta en lo que haces; nunca puedes creerte mejor que nadie porque ese es el mayor de los fracasos, hay que ser leal a la sencillez; así que desbordarse nunca ha sido una opción, es más bien el desafío permanente de no fallarle a mis profesores, que sientan orgullo de la sabiduría y experiencia que un día depositaron en mí y a la que trato de ser consecuente en cada entrega.”

Su obra es la mejor muestra de una vocación, que pudo frustrarse al reprobar el exámen de aptitud de la carrera de periodismo, «pero ahí mismo de atrevido le dije a la profesora, “descuide, yo seré periodista por encima de todo y aquí estoy. El camino está repleto de miserias, por fortuna son más los que abrazan y estiman, los mejores: quienes ayudan a conquistar las estrellas.”

“El desafío está en no desmayar, en defender la obra con argumentos sólidos, con la verdad en la mano, pero demostrándola con hechos y testimonios. La lucha contra la Covid 19 es ahora el ejemplo más fehaciente, y ahí ha estado la prensa con sus soldados de la palabra para dibujar, para colorear en sonidos, imágenes y mensajes el empeño colectivo por el triunfo de la sonrisa ante el quebranto.”

Alegre, vivaz, intrépido, enamorado de los hijos, la familia y de su profesión, que es «la más bella del mundo», camina este joven manzanillero, cuya voz trasciende los espacios que habita y se esparce con su incursión en todos los medios, aunque a la radio la defiende «a capa y espada, porque es lo inmediato, instantáneo, sucedió ahora y suéltalo”.

Él, tan Rebelde como la emisora de la que forma parte desde el 2019, derrocha sus energías inagotables, “porque podemos hacer más y mejor, superarnos en cada emisión informativa; lo primero es respetarse, y con ello respetas a tus oyentes, te los ganas”.

Por su desatino siempre cuerdo y extremadamente profesional, llegó a la Radio Rebelde, y la convirtió en “el desafío de crecer cada mañana, el amor supremo por el periodismo radiofónico y la defensa de la Revolución, de la Patria de Céspedes, de Martí y Fidel; el andar al ritmo de la vida, pasión presente y constante.”

Aquella forma dinámica de sus locutores, los «pases» confiados por el corresponsal Alberto Loreydi, sentaron las pautas para los «despachos» que hoy son «honor y compromiso». Experiencia que agradece a Demetrio Villaurrutia Zulueta, jefe de política editorial de esa planta y Frank Aguilar, el director general; Jesús Curbelo, jefe de los corresponsales y colaboradores; Manuel Ramírez Heras y Gabdiel Silva, directores artístico e informativo, respectivamente, de Haciendo Radio; en la redacción web Pablo Rafael y Lianis Mateu, y al, también manzanillero, realizador de sonido José Pepe González.

De la locura, asegura que “los periodistas tenemos un poquito de ella. El riesgo forma parte de nuestra agenda, pero con el placer de llegar a todos, de que trabajas para una audiencia que premia, con su permanencia, cualquier peligro que puedas enfrentar. Por eso vivo, crezco, aprovecho cada momento que me ofrecen para cultivarme, dejar una huella perdurable y ser mejor persona».

«Y mi tiempo, es ahora mismo lo que está sucediendo allí. Así que anda, investiga, interpreta, redacta y dispara antes que nadie. En radio, nunca mejor dicho, es oro.”

Para quien «comunicar es el acto más hermoso y sublime, y vivir para transformar desde la palabra, transformándote tu mismo para bien», no hubo mejor elección que este andar de «revolucionario, comunicador y periodista, en ese orden», que repetiría en otras vidas.