Apostemos por el cuidado y la conservación de nuestro patrimonio

El centro histórico urbano de Manzanillo se convierte en un gran museo a cielo abierto  //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
El centro histórico urbano de Manzanillo se convierte en un gran museo a cielo abierto //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Noviembre 16.- El cuidado, la preservación y conservación del patrimonio es sin dudas una de las mejores acciones que en cualquier ciudad se debe realizar para transmitir a las nuevas generaciones la herencia de lo que fue nuestro pasado y que nos puede llenar de orgullo en el futuro.


Hoy es el Día Internacional del Patrimonio Mundial, un momento para reflexionar sobre el tema por la importancia que reviste la preservación de esta ciudad netamente ecléctica orgullo de los manzanilleros. Por eso José Antonio Matilla Vázquez, director de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos en Manzanillo, comparte sus valoraciones con nuestra redacción.


Varios fueron los intentos de preservar y conservar el patrimonio cultural manzanillero, los primeros de ellos «se realizaron de forma muy intencionada, durante la fundación del primer museo de Manzanillo que fue el parque Nacional La Demajagua en el 1968.

José Antonio Matilla Vázquez //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Antes de esa fecha existieron intentos de conservar piezas que recogen la historia de toda la urbe. Por ejemplo una pequeña sala que tenían los Boy Scouts en la ciudad con piezas importantísimas que algunas pasaron a la colección del Primer Museo Municipal del país, luego de la Ley 23, que fue el de Manzanillo instituído en el año 1979.


Estos se convirtieron en los primeros intentos de preservar el patrimonio cultural, pero no fue organizado sino que estaba en calidad de depósito de piezas, fundamentalmente de armas, fotografías, algunos documentos depositados en la sala de veteranos de la independencia del Ayuntamiento de Manzanillo, todas estas piezas pasaron también a la colección del Museo Municipal», señaló.


Pero en el territorio también existieron otros momentos que se dedicaron a esta labor para mantener nuestra memoria histórica. «Fueron con la creación del Museo de las Luchas Obreras, el monumento a Celia Sánchez con una sala expositora, y el museo de la comunidad de Troya que recoge la historia del antiguo central azucarero Salvador, del primer batey declarado módulo cultural, así como también muestra la vida social, cultural y económica de ese poblado rural manzanillero».


El especialista aclara que a pesar de las limitaciones con las que contamos de materiales para conservar, sí «todas estas colecciones están resguardadas, que es lo más importante, y preservadas con todas las medidas necesarias», dijo Matilla Vázquez.


El directivo agrega que lo que más llama la atención en la ciudad es «el gran museo a cielo abierto que es nuestro centro histórico, donde existe un deterioro progresivo evidentemente cuestionado, pues me parece que hoy la ciudad no puede mostrar un trabajo sostenido en la conservación del patrimonio porque son elementos aislados los que se acometen.


Manzanillo cuenta con una rica colección del patrimonio edificado, que muestra una gama de los diferentes estilos arquitectónicos que van desde el neoclasicismo, el ecléctico, el Art Déco, el racionalismo, que por eso es un centro histórico. Hay una huella importante, una impronta distintiva en el centro histórico urbano nuestro que es el eclecticismo, esta es una de las ciudades más ecléctica que existe en Cuba», manifestó José Antonio.


Este museo «abierto» en la actualidad tiene un deterioro progresivo y las causas son muy diversas según refiere el director de patrimonio en esta urbe. «En primer lugar son construcciones que por el acelerado proceso de edificación, y la utilización de materiales específicos y la ausencia fundamentalmente durante mucho tiempo de una mirada hacia la restauración del patrimonio edificado, presentan ese estado de desgaste.


Además existe la falta de una política consciente, en primer lugar de los propietarios jurídicos para la conservación de este patrimonio, y lo otro es que tenemos una ausencia de recursos materiales y fundamentalmente, porque para la conservación de cualquier tipo de patrimonio se necesitan los conocimientos necesarios. Hoy las mayores agresiones que tenemos son las intervenciones sin esa preparación de los principios de la restauración del patrimonio».


Estos embates se comenzaron a sentir más fuertes «a partir del 2013 que desaparece en la ciudad una brigada formada desde la oficina de monumentos que a través de ella sí se realizaron grandes esfuerzos y se vieron los resultados en la restauración de edificios importantes.


Todo esto se ha ido perdiendo y hace falta un proyecto en el cual se incluya la intervención de estos inmuebles a partir de la formación académica en oficios relacionados con la restauración del patrimonio», señaló Matilla Vázquez.


El especialista agrega que la conservación del patrimonio no son sólo las acciones de restauración sino que «son varios elementos culturales que van a provocar la conciencia dentro de la comunidad en la necesidad de poder conservar ese patrimonio que nos identifica como manzanilleros. La promoción de todo esto existe desde la oficina pero es evidente que hace falta una acción para la restauración de estos edificios.


Se han realizado intentos en la actualidad como el que se efectuó en el antiguo Correos de Manzanillo surgido al principio del siglo XX, pero no es suficiente, pues por ejemplo el otrora edificio Muñiz tiene una acción a medias sin embargo estos necesitan de acciones conscientes y coherentes para poder lograrlo», dijo. El especialista aclaró que «la restauración del patrimonio no es sólo de fachada, es de acciones integrales para lograr mantener los edificios desde su interior».


Dentro del tema algo a señalar es la desaparición de algunos inmuebles que no se pudieron rescatar en nuestra ciudad. Al respecto Matilla Vázquez valora que «ha sido por la carencia de recursos en la ciudad, y también yo le agregaría por la falta de intención, y la escasez de proyectos con pensamientos hacia la conservación de este patrimonio. Hay otros edificios importantes que se tienen que restaurar en la ciudad y que todos corren la misma suerte de desaparecer.


Otro elemento en la conservación y restauración del patrimonio es lo que le da vida a un territorio, que históricamente ha sido el comercio, y en nuestra urbe por diferentes causas se han trasladado y eliminado oficinas comerciales que han pasado a ser provinciales, y así la ciudad ha caído en la falta de esta vida económica que tuvo a principios del siglo pasado que fue lo que le dio el florecimiento a la misma.


Es decir hay que lograr un proyecto integrador que se restaure la ciudad no sólo desde el punto de vista material, sino también crear consciencia en la población de que la restauración tiene que ser colectiva, con saberes en estos oficios, que son los que le van a devolver esa belleza a la urbe.


Nunca vamos a lograr que sea la misma de los siglos XIX y XX, sino que va ser una ciudad propia que tenemos que gestar los manzanilleros para mostrarla a partir de todos los esfuerzos, y tiene que ser la urbe del siglo XXI», concluyó José Antonio.


Con la mirada hacia un futuro mejor y con deseos de hacer acciones por el bien de nuestro patrimonio celebremos hoy esta jornada que nos llama a apreciar lo bello y lo autóctono que nos identifica y nos da orgullo en la nación.