El presidente estadounidense, Donald Trump, participa en sendas cumbres con países árabes del golfo Pérsico y otros estados musulmanes, tras impulsar una ”visión estratégica” con Arabia Saudita enfocada en negocios, Irán y el terrorismo.
Lo que el propio Trump describió como ‘tremendo día’ en el reino sirvió de antesala para disipar suspicacias con los otros cinco gobernantes de países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y, más aun, con el medio centenar de estados de mayoría islámica llegados a Riad.
El mandatario de Estados Unidos comenzó su agenda de este domingo con un encuentro a puerta cerrada con los estadistas de Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Qatar y Kuwait, a quienes ya intentó seducir con un discurso claramente anti-iraní y de lucha contra el terrorismo.
Al respecto, observadores creen que Trump se alejará de la frase ‘terrorismo radical islámico’ en su mensaje a los mandatarios musulmanes, lo que se apreciaría como un guiño para difuminar la animadversión que suscitó con medidas administrativas percibidas como hostiles por países islámicos.
La idea, sostienen, es reconocer que los terroristas y extremistas no son necesariamente personas religiosas y, en consecuencia, son enemigos de todas las civilizaciones que se escudan en un tipo de ‘jihad’ o guerra santa.
Además, el presidente mantendrá hoy reuniones bilaterales con su homólogo de Egipto, el rey de Bahrein y los emires de Qatar y Kuwait, además de que junto a Salman podría sentar las bases para el Centro Global para Combatir la Ideología Extremista, en aras de ampliar más la cooperación de inteligencia.
En su primera jornada de visita, Trump sostuvo reuniones en conjunto y por separado con el rey Salman bin Abdulaziz de Arabia Saudita y los príncipes Mohammed bin Nayef y Mohammed bin Salman bin Abdulaziz, heredero y segundo herederos al trono, además de ministros de Interior y Defensa, en ese orden.
Trump y Salman firmaron y presidieron el sábado en el palacio Al-Yamamah una ceremonia de materialización de la ‘Declaración Conjunta de Visión Estratégica’ que incluyó acuerdos y memorandos de oportunidades de inversiones por más de 280 mil millones de dólares.
Entre los documentos más importantes sobresalió el memorando entre los respectivos ministerios de Defensa para modernizar y reformar las capacidades defensivas sauditas con la venta de armamento, equipos y otros arsenales.
Aunque se presentó como contribución para transferir conocimiento y crear cientos de miles de oportunidades de empleos en ambas naciones, círculos regionales criticaron la decisión cuando Riad libra una guerra devastadora contra Yemen con varios millones de civiles muertos, heridos y desplazados.
Riad y Washington rubricaron igualmente un acuerdo de asociación para fabricar aquí helicópteros Black Hock, otros cuatro en el campo de las industrias militares con las corporaciones estadounidenses Lockheed Martin, Raytheon, General Dynamics y Boeing.
Los dos países sellaron un memorando de entendimiento sobre tecnología y acuerdos para la generación eléctrica, la manufactura de productos de alto valor, tecnología e infraestructura, el establecimiento de una planta de etileno en Norteamérica, y otros de servicios de petróleo y gas con Aramco.
Igualmente, se anunciaron convenios sobre minería y desarrollo de capacidades humanas, inversión en salud para construir y operar varios hospitales, transporte aéreo para compra de aviones, inversión inmobiliaria, y digitalización y edificación de un centro de almacenamiento de información.
(Con información de Prensa Latina)