El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, habría ganado las elecciones presidenciales de Bolivia en primera vuelta con el 52,4% de los votos, reveló una encuesta a boca de urna realizada por la empresa Ciesmori y que fue dada a conocer en la señal televisiva Unitel.
De acuerdo con el estudio, que se reveló recién a medianoche, el candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, habría quedado en un lejano segundo lugar con el 31,5 %, mientras que el líder ultraderechista Luis Fernando Camacho, habría obtenido el 14,1 %.
Para ganar en primera vuelta, Arce necesitaba el 50 % más uno de los votos, o el 40 % pero con una diferencia de por lo menos 10 puntos con respecto al segundo lugar.
#Urgente Luis Arce ganó con 52,4% de los votos, frente a 31,5% de Carlos Mesa. Arce es Presidente en primera vuelta. pic.twitter.com/u7W4Pzz27C
— Brújula Digital (@BrujulaNoticias) October 19, 2020
Un rato antes de que se conocieran estas cifras, el vocero del Movimiento al Socialismo (MAS), Sebastián Michel, había pedido terminar con el retraso en torno a los resultados de las elecciones presidenciales y reconocer que el candidato de esta fuerza política había ganado con más del 45 % de los votos.
«Necesitamos dar certidumbre a la población», afirmó Michel en entrevista con el canal Unitel cuando ya habían pasado 6 horas después del cierre de las urnas y la sociedad boliviana se mantenía en vilo, sin un dato oficial ni extraoficial de resultados.
Agregó que a los medios de comunicación y a las empresas no les cuesta nada dar a conocer los resultados de las encuestas de conteo rápido que deberían haberse entregado dos horas después de que culminara la votación.
«Hay que ser claros y contundentes, decir que hay un frente político que esta con el 45 % de los votos (Arce); y que el segundo (Carlos Mesa) está por llegar al 30 %, y el tercero (Luis Fernando Camacho) ya pasó del 15 % pero no llega al 20 %», señaló.
También advirtió que el país necesitaba certidumbre y que había una gran susceptibilidad. «Lo hemos hablado con muchos de los observadores. No entienden si es ineficiencia, si es el peor órgano electoral de América Latina o si son funcionales a una estrategia del Gobierno que pretende ganar dos o tres días para generar violencia y generar un espacio de poder militar para poner en vilo otra vez a la democracia», advirtió.
Desde Buenos Aires, en donde se encuentra exiliado, el derrocado presidente Evo Morales celebró el triunfo del MAS.
«Hemos recuperado la democracia», afirmó.
VIDEO 📺Elecciones Bolivia 2020 | Euforia de Evo Moreles en centro de cómputo montado por el MAS en Buenos Aires pic.twitter.com/I9gQdfXd3k
— Diario Pulse (@DiarioPulse) October 19, 2020
Cuando se dieron a conocer las tendencias, el Órgano Electoral Plurinacional solo había contabilizado el 3,59 % de los votos, y le otorgaba una ventaja del 54,35 % a Mesa, mientras que ubicaba al MAS en segundo lugar con el 30 % de los sufragios.
El retraso de los resultados de las elecciones presidenciales de Bolivia desató un clima de incertidumbre y especulaciones que enrarecieron una jornada que se había desarrollado sin mayores incidentes.
Ante la falta de datos, tanto los oficiales como los resultados de los sondeos a boca de urna realizados por empresas privadas, aumentó la desconfianza que ya había desatado en algunos sectores la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que la víspera suspendió de manera sorpresiva el sistema de conteo rápido que se había anunciado para esta elección.
El resultado del sondeo a boca de urna fue tan contundente que incluso la presidenta de facto Jeanine Áñez felicitó a Arce en sus redes sociales.
«Aún no tenemos cómputo oficial, pero por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia», escribió.
Sergio Pascual, exdiputado español y analista de CELAG, opina que el aplastante resultado logrado por Luis Arce según diferentes conteos independientes obligó al Gobierno de Áñez a reconocer su victoria. Además, apunta a que la vuelta del MAS al poder da energía para una posible nueva oleada progresista en América Latina.