El Gobierno argentino informó este martes la decisión de no convocar a sesiones legislativas extraordinarias en febrero, postergando así el debate de la controvertida reforma laboral que impulsa el presidente liberal Mauricio Macri, al menos hasta marzo próximo.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que el Gobierno dio marcha atrás en su intención de tratar en febrero el proyecto, que apunta a bajar costos para las firmas y promover la regularización de trabajadores no registrados. El proyecto ha generado críticas de gremios, que lo ven como un intento de flexibilización.
“Hemos escuchado a los distintos bloques parlamentarios que creen que se puede debatir en sesiones ordinarias de una manera más extensa, construir mayores consensos. Nosotros no tenemos ningún problema en ese sentido”, explicó Peña en una conferencia de prensa.
Si bien Peña dijo que el proyecto que ingresó al Senado a fines del 2017 fue consensuado con la Confederación General del Trabajo, la mayor central obrera del país, en las últimas semanas líderes sindicales y de la oposición
lo han cuestionado.
En las sesiones extraordinarias de diciembre, el Gobierno enfrentó graves disturbios frente al Congreso y protestas en gran parte del país en rechazo a su propuesta de reforma del sistema previsional, la que finalmente fue aprobada.
Un sondeo de la consultora Ipsos mostró que la aprobación al gobierno de Macri cayó 10 puntos porcentuales en enero, al 44 por ciento, respecto del último trimestre del 2017.
Según la encuesta, la política previsional del Gobierno es la que genera más rechazo, seguida de su política impositiva y económica.
Macri ha impulsado una serie de reformas promercado desde que asumió en diciembre del 2015, pero las empresas afirman que cambios en el sistema laboral son indispensables para bajar los altos costos locales y atraer inversiones que impulsen la economía.
(Con información de Reuters)