Manzanillo. Mayo 23.- Al compás de las castañuelas y el taconeo de los zapatos en el tablado del Teatro Manzanillo, el Ballet Español de Cuba conquistó a los habitantes de la ciudad del Golfo de Guacanayabo en la noche anterior.
La magia de los estilos fue el espectáculo que por más de una hora trasladó la esencia de la cultura hispana desde la danza y el contoneo de los cuerpos al ritmo de bulerías, fandangos, seguidillas, y el más reconocido de los géneros folclóricos de la península ibérica, el flamenco.
Sus bailarines dieron muestras de la profesionalidad y pasión por este arte.Desde las coreografías Asturias, Sonata en Re, Castilla, El Cid (Suite), Castellana, Madrileña y Navarra, en la primera parte del programa de presentación, y Pasión, Seguidilla, Soleá, Orígenes, Bulerías y Descarga por Tango, en una segunda propuesta.
También, desde el acompañamiento musical en vivo; pues en la escena igualmente se rasgó la guitarra, se percutió el cajón, se escuchó el quejio o lamento de las voces, rasgos que imbrican matices del folclor jitano, moro, judío, y enriquecen la cultura musical española.
El gesto elegante, la emotividad de los movimientos embellecidos con el colorido de sus batas de cola y mantones, el sentimiento perceptible de los rostros, la proyección escénica de los bailaores dirigidos por el bailarín y coreógrafo Eduardo Veitía, hicieron vibrar las emociones de los espectadores.
En sus más de tres décadas de representar la música de transmisión tradicional hispana, esta compañía danzaría ha alcanzado múltiples éxitos y lauros, que distinguen un repertorio que se mueve entre el flamenco clásico y la fusión con otros géneros.
Esta presentación en las tablas del coliseo principal de la ciudad de Manzanillo se repetirá en horas de esta noche, para continuar despertando el gusto por este arte que forma parte de las raíces de la cultura danzaria nacional, a través de la originalidad de sus coreografías, la armonía de sus cantos jondos, el taconeo, las castañuelas, y la vistosidad de sus abanicos y mantones.
