La división de los 49 kg en la Escuela Cubana de Boxeo tiene una nueva primera figura, un habanero de 22 años que nació en el municipio 10 de Octubre, un muchacho que priorizó sus estudios antes de volver al cuadrilátero. Él es Billy Rodríguez Castro o El Niño Rodríguez, así le dicen.
Billy me contó que cuando niño deseaba ser piloto porque siempre ha querido viajar y conocer otros países. Por lo visto, el boxeo no fue su sueño de la infancia, pero el hecho de representar a Cuba en eventos internacionales tiene mucho que ver con sus fantasías del pasado.
Muchos comentan que eres un boxeador callejero, ¿cómo pudieras aclarar esto?
—No se trata de mi forma de pelear. A mí me gusta respetar las técnicas básicas en el combate. Eso lo deben decir porque en solo ocho meses me gané participar en mi primer torneo Playa Girón cuando tenía 18 años.
Le estoy muy agradecido a Diógenes Luna (campeón mundial en Belfast 2001 – 63,5 kg) que siempre ha confiado en mí. Recuerdo que él fue a la secundaria y me apuntó en boxeo cuando yo estaba en octavo grado, pero en noveno dejé de entrenar con él.
Estuve varios años alejado del deporte, quise terminar primero mis estudios en la EPEF (Escuela de Profesores de Educación Física). Luego volví a entrenar y Luna me recomendó para participar en el “Girón” del año 2016 en Santiago de Cuba donde perdí discutiendo bronce con Joahnys Argilagos (campeón mundial en Doha 2015) por 2 – 3.
¿Cuál es tu estilo de combate?
—Yo peleo variando la media y la larga distancia, en dependencia del alcance de los puños de mi rival. Soy de los que se para a la derecha, aunque a veces lo hago a la zurda. También, me gusta el golpeo de riposta, esquivar y contragolpear, soy seguidor de Julio César La Cruz (campeón olímpico y mundial, 81 kg), aunque mi ídolo es Lázaro Álvarez.
¿Por qué Lázaro Álvarez es tu ídolo?
—Por la gran técnica que aplica sobre el ring. No se apura para atacar y esto lo convierte en un púgil muy inteligente. Además, es un gran amigo mío y siempre me está dando consejos.
Posees todos los títulos a nivel nacional, ¿qué significó para ti triunfar en el último “Girón” que se disputó en Camagüey?
—Estaba muy preocupado por la posición de La Habana en el medallero. Mis compañeros y yo queríamos mejorar los resultados de la anterior competencia. Cuando le gané a Poll (Alibel Poll) sentí una alegría inmensa que hasta lloré, ¡le había aportado una medalla de oro a mi provincia!
¿Cómo un púgil puede “salir de la calle” y llegar a ser la primera figura de su división en un país con tanto nivel boxístico formado en academias?
—Eso es lo que yo llamo el verdadero talento. Aunque para ser el mejor tienes que hacer sacrificios mayores. Y en la ‘Finca’ (Escuela Cubana de Boxeo) te enseñan a ser el mejor del mundo.
Tu peso de los 49 kg no estará presente en Tokio 2020, ¿cómo repercute esta decisión en tu carrera?
—Primero, no estoy de acuerdo. Hay muchos países que perdieron posibilidades claras de medallas por esto.
Me gusta competir entre los ‘minimoscas’ y pienso hacerlo en los torneos donde esté permitido. Por supuesto, quiero ser campeón olímpico. Si es necesario peso 52, si tengo que pesar 56, lo hago. No le temo a las figuras de estas divisiones. Yo voy a París (Juegos Olímpicos de París 2024).
¿Qué sentido tiene para ti, entrenar junto a campeones olímpicos y mundiales?
—Un gran compromiso. No puedo defraudarlos a ellos que también confían en mí. Me siento en deuda con Cuba. Pienso que parte del prestigio de la escuela cubana recae en cierta medida sobre mí.
Cuándo ganaste el “Girón”, La Habana recién cumplía 500 años, ¿cuánto le debe el boxeador Billy a su tierra?
—Mi vida.
En video, final 49 kg del campeonato nacional de boxeo Playa Girón 2019. Billy Rodríguez vs Alibel Poll