La Cancillería de Bolivia informó en un comunicado la decisión gubernamental de reintegrarse a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), a los cuales renunció el gobierno golpista el año pasado.
El texto reconoce: «La decisión asumida por el gobierno de transición de suspender la participación de Bolivia en los mencionados espacios de integración, respondió a intereses meramente políticos, que poco tienen que ver con la vocación integradora del pueblo boliviano. Los instrumentos constitutivos de estos procesos de integración regional y subregional fueron aprobados con rango de ley, tal como lo establece la Constitución Política del Estado. Por tanto, los derechos y obligaciones de Bolivia, derivados de estos instrumentos se mantuvieron inalterables durante los últimos años».
El documento cita el Artículo 265 de la Constitución del país, para resaltar el compromiso con la integración latinoamericana como única vía para hacer frente a la crisis sanitaria, económica y ambiental que atraviesa actualmente nuestra región.
En el ALBA, alianza fundada en 2004, Bolivia fue uno de los principales socios junto a Nicaragua y otras islas caribeñas, mientras que en la CELAC no asumió la presidencia pro tempore, por la ocurrencia del golpe de Estado.