En un acto de solidaridad humana y defensa de los derechos de los animales, una perra mestiza fue rescatada de un respiradero de aproximadamente 14 metros de profundidad, ubicado en las proximidades del Estadio Wilfredo Pagés de Manzanillo.
Alberto Nápoles Torres, veterinario de profesión junto a su amigo, el profesor de kárate Damián, fueron los impulsores de esta misión de rescate. Ellos al percatarse de la situación, acudieron a la estación de bomberos de la ciudad para solicitar ayuda. Afortunadamente, tras varias gestiones lograron la aprobación de las autoridades pertinentes para proceder con el rescate.
La tarea le fue encomendada a un grupo de jóvenes, en su mayoría en etapa de servicio militar, quienes demostraron que la unión y el esfuerzo colectivo pueden marcar la diferencia.
En sus palabras de agradecimiento, compartidas a través de redes sociales, el veterinario Alberto, expresó: «Damián y yo estamos muy pero muy agradecidos con los compañeros del cuerpo de Bomberos de esta ciudad del Golfo del Guacanayabo, mi Manzanillo; (…) mil gracias a todos los que dijeron ‘Sí’ y nos ayudaron».
Tras el rescate, el veterinario se encargó de examinar al animalito, administrándole antiinflamatorios, analgésicos, suplementos vitamínicos y realizando una desparasitación externa. Por suerte, no presentaba fracturas, aunque sí sufre de parasitosis externa, una condición que podrá ser tratada gracias a la intervención oportuna.
Este incidente, sin embargo, no debe pasar desapercibido como un simple acto de heroísmo, la caída de este indefenso animal en el respiradero es un claro ejemplo de maltrato animal, ya sea por negligencia o por actos intencionales. Es importante que las autoridades competentes investiguen este hecho y sancionen a los responsables, de acuerdo con las leyes de protección animal vigentes.
Además, es crucial que se tomen medidas para asegurar que el respiradero del refugio esté debidamente tapado y no represente un peligro para otros animales o incluso para las personas.