Camilo Cienfuegos, sonrisa eterna que inspira

Camilo Cienfuegos

Aunque no le conocí le pienso siempre alegre, revelando su sencillez y modestia desde la sonrisa amplia que exhibe en cada imagen. Su figura de hombre campechano llega como en abrazo de cubanía, de quien sin conocerte deja una huella de afecto sincero, roba tu admiración e insta a beber de la integridad de su alma.

Crecimos aprendiendo de las hazañas que honran su apellido de Cienfuegos, invocándole desde un nombre tan común como el suyo: Camilo, pero irrepetible desde la profundidad de una vida, un carácter, una condición humana y sentir patriótico genuino.

Desde Febrero de 1932 irrumpió en la historia como hijo de la tierra cubana, otro de los que entregaría hasta su esencia para verla libre, para contagiar al pueblo con el júbilo de la independencia y construir junto a él los cimientos de un futuro certero.

Pero se distinguió entre ellos, gracias a la naturalidad y voluntad con la que enfrentó cada momento de batalla, la jocosidad que imprimió a la vida, la integridad que enseñó a los hombres que le rodeaban, la magnitud de su compromiso con la Patria.

Su fe en la unión y el hacer en pos de ella por saber que “es la unidad, el triunfo”, le ataron a la obra revolucionaria que contribuyó a fundar. Así como la grandeza de un alma que creció a la sombra del sombrero alón, cómplice de sus travesuras como de niño grande, y a la vez, hombre consciente de sacrificios.

En cada imagen invoca, desde la fuerza de sus ideales, la madurez de su espíritu, la valentía de guerrillero, la entereza que le hizo merecer el nombre de Señor de la Vanguardia.

Guardamos su ejemplo, su capacidad natural para emprender el viaje sin retorno a la gloria, anhelante sólo de la libertad y la justicia. Y aunque muchos quisiéramos haberle visto en persona, disfrutar de sus palabras y su risa, sentimos su presencia en la Cuba que nació igual de sus entrañas, de su ánimo brioso.

Le sentimos sonreír a carcajadas, con la imponente barba, y le sabemos acompañarnos en el día a día de una obra que le preserva vivo, dueño de una sonrisa eterna que inspira a reverenciar su gallardía desde la preservación de la independencia de la Patria.