Manzanillo. Julio 20.- La manzanillera Madonnis Chávez Peña, integrante de la selección nacional de polo acuático hace cuatro años, mantiene su preparación física en casa con la mente puesta en preservar su rendimiento como atleta.
Esta joven atacadora delantera cumple una rutina diaria de ejercicios, aunque afirma que el período de confinamiento por el coronavirus ha generado el impedimento «de entrenar en piscina, imprescindible para mantener la capacidad física dentro del agua, que es lo más difícil».
Faenas de calentamiento y dinámicas en un gimnasio del territorio le permiten seguir trabajando «al natural, combinado con la dieta equilibrada, pues mis padres se han esforzado para tenerme una alimentación variada con predominio de frutas y verduras, para que esta compense el entrenamiento ya durante cuatro meses».
Asegura que le resta recuperar la resistencia en el agua, para lo cual debe «nadar mucho y así recobrar la fuerza en general», con tal fin ha buscado alternativas como trasladarse recientemente a Santiago de Cuba para nadar en el mar junto a una compañera de equipo, y «tener el contacto necesario, ya que el polo acuático es de mucho contacto físico».
El reto que impuso la pandemia al deporte, comenta, lo ha enfrentado como estamos acostumbrados, y las redes sociales han sido recursos de utilidad, en tanto «tenemos un grupo en el whatsapp con los entrenadores, y cada tres semana hacemos pruebas: barra, planchas, burpees, para constatar la preparación y si estamos entrenando».
Por la misma vía de comunicación les hacen llegar datos teóricos de la especialidad para incrementar sus saberes, relativos a «reglas del polo, porque han surgido cambios, y el equipo es casi completamente nuevo; ahora hay que esforzarse el doble o triple de lo que veníamos haciendo. También estamos trabajando la unidad porque es una forma de mantenernos juntas y en contacto».
La campeona centroamericana destaca que su actividad es consciente, y respecto a su posible contrato en un club de Europa, refiere, «siempre he estado entrenando para ser mejor atleta, y pienso seguirme esforzando cada vez más, porque es en realidad mi sueño ser reconocida y representar con orgullo mi país».
«El atleta cubano se distingue por su sacrificio y con pocos recursos tratamos siempe de sobrellevar las cosas, y salir adelante; siempre hay que ver oportunidades en las dificultades».
Esta muchacha de 21 años ansía volver a su desafiante extremo derecho, y echar los goles que tanto disfruta, al igual que el baile y los perros, definidos como sus pasiones. Y mientras llega la reincorporación permanece ejercitándose y dando cariño a sus padres Yaneisis y Bernardo, «razón de que siga adelante y me esfuerce cada día en lo que hago».