‘Reiteramos hoy la denuncia a las medidas de endurecimiento del bloqueo y reafirmamos que cualquier estrategia que pretenda destruir a la Revolución fracasará’, insistió.
En su intervención, el diplomático advirtió que la postura asumida por la Casa Blanca socava las bases establecidas hace dos años para avanzar en una relación de nuevo tipo entre ambos países, en la que prime el respeto y la igualdad.
De acuerdo con el canciller cubano, las decisiones de la actual administración ignoran el apoyo de amplios sectores estadounidenses, incluyendo la mayoría de la emigración cubana, al levantamiento del bloqueo y la normalización de los vínculos.
‘Satisfacen solo los intereses de un grupo de origen cubano del sur de Florida, cada vez más aislado y minoritario, que insiste en dañar a Cuba y a nuestro pueblo por haber elegido defender, a cualquier precio, el derecho a ser libre, independiente y soberano’, subrayó.
Rodríguez señaló en la Asamblea General que Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a los dos países y pueblos, pero no debe esperarse que para ello la isla realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.
Asimismo expresó una enérgica condena a las declaraciones realizadas hace tres días por Trump en la Asamblea, en el que pronunció un discurso agresivo contra la mayor de las Antillas.
El diplomático calificó las palabras del mandatario norteamericano de irrespetuosas, ofensivas e injerencistas.
‘Le recordamos que Estados Unidos, donde se cometen flagrantes violaciones de los derechos humanos que suscitan profunda preocupación en la comunidad internacional, no tiene la más mínima autoridad moral para juzgar a mi país’, sentenció.
A propósito del tema de los derechos humanos, manifestó el rechazo de la isla a la manipulación del mismo.
‘Cuba tiene mucho de qué enorgullecerse por los logros alcanzados, y no tiene que recibir lecciones de Estados Unidos ni de nadie’, agregó.
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