Casas de tabla de palma: experiencia de siglos

Casas de tabla de palma tras Huracan Matthew

Algo más de 400 viviendas, de las derrumbadas en su totalidad por Matthew, se han construido en Guantánamo con tablas del árbol nacional cubano o el empleo de ese elemento combinado con bloques

GUANTÁNAMO.–Estamos muy contentos con nuestra casa nueva, construida con paredes de bloques de hormigón y tablas de palma real, además de techo de zinc. Es cómoda, ventilada y en calidad y belleza supera por mucho a la que Matthew nos derrumbó, cuenta con gratitud Yorlaidys Monjes Coba, residente en la comunidad baracoense de Mabujabo.

«Después del huracán vivimos durante más de un año apretados en facilidades temporales, hasta que en febrero nos mudamos para esta casa, levantada en el propio sitio de la anterior, pero con ventajas claras, como la de disponer de tres cuartos, baño sanitario interior, puertas y persianas metálicas, lo que le aporta mayor confort y belleza.

«Estamos agradecidos con el apoyo del Estado en la construcción de nuestra vivienda, en particular de la Empresa Agroforestal, que se encargó de proporcionar los materiales y de hacer la casa, con el apoyo de mi esposo, un vecino y otros hombres de la familia», abunda Yorlaidys.

Interrogada sobre el empleo de tablas de palma en las paredes de su morada, esboza una sonrisa y sentencia: «Desde hace más de 50 años la casa de mi papá está hecha de esas tablas, por eso a ellas les tengo mucha fe».

Le comentamos que su confianza la reafirma el hecho de que hasta bien avanzada la Revolución la gran mayoría de las viviendas en Baracoa, Maisí y en prácticamente todos los sitios de montaña de Guantánamo y de buena parte de Cuba eran de tablas de palma, recurso constructivo asequible a las familias del campo, barato, duradero y difícil de ser atacado por las plagas.

La alegría de habitar una nueva casa la exhibe también Inoris Rodríguez Labañino, vecina de La Cuchilla, en la carretera Baracoa-Maisí.

En la construcción de esta vivienda, también con bloques y tablas de palmera, participaron la Empresa Agroforestal y Coco Baracoa, el esposo de Inoris (Ramiro Durán Paján), su cuñado Daniel y el vecino Emilsio Matos Cantillo. «La tarea fue brava. La necesidad de terminarla en corto tiempo motivó que en varios días se amaneciera trabajando, sobre todo en el machimbrado de las tablas, detalle que da mayor estética a la casa», reseña la humilde mujer.

Gracias a ese esfuerzo, en alrededor de un mes se levantó esa morada, en la cual conviven el matrimonio y tres hijos, antes «apiñados» en una facilidad temporal.

La vivienda en construcción de Luis Felipe Guilarte, ubicada también en La Cuchilla, no corresponde al programa con participación estatal, pero es una muestra de cómo trabajar la tabla de palma con estética, Todas las tablillas tienen ocho centímetros de alto. Foto: Jorge Luis Merencio

CIENTOS DE CASAS TERMINADAS  

Algo más de 400 viviendas de las derrumbadas en su totalidad por Matthew, se han construido en esta provincia con tablas de nuestro árbol nacional o el empleo de ese elemento combinado con bloques (las llamadas mixtas), modalidad esta última que las hace más vistosas, confortables y les aporta mayor protección, sobre todo contra la humedad.

De los 407 inmuebles terminados, la gran mayoría corresponde a los ­municipios de Baracoa y Maisí, aunque también se han construido en Imías, Yateras y San Antonio del Sur, explica Carlos Raúl Martínez Turro, vicepresidente del Consejo de Administración Provincial.

Dicho programa, recuerda el funcionario, inició con los módulos de montaña, que contemplaban la entrega a la familia de todos los recursos por el Estado, con la excepción de la madera, la cual debía gestionar el beneficiario. Más recientemente incluyó la edificación de las casas mixtas, las que ahora se levantan con cubierta pesada (placa) en el baño u otro punto de la casa, para la protección de sus ocupantes en caso de huracanes.

Entre sus principales beneficios están la rapidez con que se ejecutan los inmuebles y el aprovechamiento de un recurso natural abundante (las palmas, en este caso las derribadas por el fenómeno hidrometeorológico) y de probada eficacia a través de los siglos como componente constructivo.

Teniendo en cuenta esas bondades, a los cientos de moradas concluidas se agregan otras 290 que deben terminarse en lo que resta de año, de las cuales unas 160 están en ejecución. Estos hogares clasifican como tipología 4 y llevan además piso pulido.

DECISIVA LA PARTICIPACIÓN EMPRESARIAL

El programa prevé la participación decisiva de las empresas y de los organismos en la edificación de las viviendas, sobre todo de las correspondientes a sus trabajadores afectados por el Matthew. También intervienen brigadas de constructores integradas en las comunidades y las familias beneficiadas.

La extracción de las tablas de palma real corre a cargo de brigadas de empresas agrícolas. Solo entre Baracoa y Maisí están constituidos 18 de estos colectivos, dotados de motosierras y muchos también de tractores.

En el primero de esos municipios la extracción la realizan la Empresa Agroforestal y la Agroforestal y Coco, las que, no es casual, también están en la vanguardia en la construcción de  viviendas a sus trabajadores afectados por el potente meteoro.

La piezas extraídas las comercializan con la Empresa de Abastecimiento Técnico Material, y esta a su vez con las entidades constructoras y otras que apoyan el programa, las que en su conjunto están responsabilizadas con la transportación de las tablas y los restantes materiales constructivos (su precio es subsidiado por el Estado cubano) hasta el sitio donde se levantará el hogar.

El huracán Matthew dañó 42 338 viviendas en la provincia, de las que se han recuperado 35 513, es decir, el 84 %. De la alta cifra de moradas afectadas, 8 413 sufrieron derrumbe total (categoría de mayor complejidad constructiva por los recursos que demanda), y de ellas se han resarcido casi 2 000.

Es por ello que la edificación de casas, con el empleo de tablas de palma, constituye una solución viable para muchas de las familias que perdieron su hogar la fatídica tarde-noche del 4 de octubre del 2016.

Tomado de Granma.cu