Centinelas de la inocuidad y seguridad alimentaria (+Video)

El análisis bacteriológico permite la vigilancia y detección de agentes contaminantes en las aguas y alimentos para comprobar su inocuidad // Foto: Denia Fleitas Rosales
El análisis bacteriológico permite la vigilancia y detección de agentes contaminantes en las aguas y alimentos para comprobar su inocuidad // Foto: Denia Fleitas Rosales

Noelvis dispone ágilmente cada medio sobre la meseta. Los frascos de muestras, los caldos de cultivo, los tubos de Durham, la pipeta graduada, el mechero Bunsen, los guantes en sus manos, y el conocimiento, son sus principales armas para evaluar la calidad de las aguas y de los alimentos.

Metódicamente sigue los protocolos para la vigilancia bacteriológica en las muestras llevadas al Laboratorio de Microbiología Carlos Juan Finlay de Manzanillo, como parte de un constante e imprescindible control desde las instituciones de salud en la urbe, para garantizar el estado óptimo de los productos consumidos por el manzanillero, a sabiendas de que no existe seguridad alimentaria sin inocuidad de los alimentos.

Esta es parte de la rutina del área de alimentos de la referida institución, subordinada al Centro municipal de higiene y epidemiología, desde donde se vela por la salubridad de los alimentos, en todas sus fases, desde la siembra y cosecha hasta el expendio y consumo.

Acorde a las políticas y reglamentaciones cubanas, los profesionales del sector desempeñan el rol que les corresponde en la cadena sanitaria, y hacen cumplir el derecho a la alimentación sana y adecuada, a consumir bienes y servicios de calidad y que no atenten contra su salud, reconocido en los artículos 77 y 78 de la Constitución de la República de Cuba.

En este sentido, “estamos inmersos en una permanente observación de los manejos y posibles violaciones, en cualquier ámbito, que traerían consigo la contaminación y la transmisión de enfermedades por alimentos que representan una grave amenaza – puntualiza el licenciado René Ignacio Blanco Castro, jefe del departamento que se encarga de estas vitales tareas.

En el laboratorio se evalúan las muestras recepcionadas por los especialistas de los departamentos de Higiene de los alimentos en las áreas de salud y del Centro municipal de epidemiología // Foto: Denia Fleitas Rosales

“Y si bien velamos por el cumplimiento de las disposiciones, cual policías de la Salud Pública, y tenemos en nuestro hacer la aplicación de sanciones y decretos leyes, y dictaminamos acciones como la paralización sanitaria de locales donde se elaboran y expenden comidas, remitir a los tribunales a reincidentes en el incumplimiento de  normas de inocuidad; lo más trascendente es el hincapié en el objetivo de mejorar el cuadro higiénico y solucionar los riesgos que pudieran traer enfermedades a la población”.

René Ignacio Blanco Castro // Foto: Marlene Herrera

La inspección, asegura, es de carácter prioritario en las instituciones de la salud donde se atienden a personas vulnerables como niños pequeños, embarazadas, adultos mayores e individuos con enfermedades subyacentes, con tomas diarias de muestras testigos, análisis de laboratorio mensuales, para determinar la presencia de gérmenes en los alimentos y evitar las consecuencias de brotes, intoxicaciones, que aun sin ser recurrentes mantienen en alerta a los especialistas de higiene.

Manzanillo tiene la amarga experiencia de la contaminación de sus aguas con el bacilo vibrio cholerae, que generó a mediados del 2012 un brote epidémico de cólera, por lo cual la vigilancia con el líquido vital es permanente, en tanto todo lo que ingerimos se relaciona con esta. A decir de Blanco Castro, se enfatiza en que provenga de fuentes seguras y que conste de tratamiento o desinfección química, con cloro, o con calor.

La licenciada Lisandra Blanco Fernández, encargada de la inspección en el sector industrial, plantea que los controles sanitarios, muestreos de alimentos mensuales y la certificación sanitaria, se orientan hacia todos los actores que intervienen en la cadena alimentaria, así se comprueban la calidad y requisitos nutricionales de acuerdo a documentos normativos, la trazabilidad, caducidad, y el cumplimiento de las prácticas de principios generales de la higiene de los comestibles por manipuladores, elaboradores, expendedores.

Lisandra Blanco Fernández // Foto: Marlene Herrera
Comprobar la fecha de caducidad de los productos es esencial para evitar perjuicios a la salud por los alimentos // Foto: Denia Fleitas Rosales

Los frascos Erlenmeyer y tubos de ensayo en reposo en el laboratorio, evidencian las evaluaciones que se realizan tanto del agua como de alimentos. Sujetos a normas de precaución y técnicas para evitar toda fuente de posible contaminación, se lleva a cabo el muestreo fundamentalmente para la determinación de los patógenos Salmonella, Vibrio cholerae, Coliformes incluidos entre ellos el Escherichia coli, que es considerado el más específico indicador de contaminación fecal y el más recurrente.

Yamilka Montero Ricardo, especialista principal del laboratorio en el área de bacteriología, significa que “son múltiples las vigilancias que podemos realizar y aún cuando existen afectaciones en el orden de los reactivos, la labor no se detiene. Independientemente de los análisis para el control de la calidad que realizan en las entidades, como la Empresa Pesquera Industrial de Granma, nosotros evaluamos y valoramos cada producto para que cumplan las normas de inocuidad y evitar el consumo de los insalubres”.

Yamilka Montero Ricardo // Foto: Marlene Herrera

Regidos por el Decreto Ley 9 del 2020 del Consejo de Estado y su Reglamento (Decreto 18/2020), desde Manzanillo se trabaja de manera integrada y multisectorial en el control y vigilancia para los alimentos, a fin de evitar las cerca de 200 enfermedades transmitidas por comestibles, que cada año afectan a 600 millones de personas en todo el mundo.

 “Llegar a los lugares y garantizar que se cumplan las normas de higiene, para evitar perjuicios a la salud de los consumidores es nuestra máxima”, reitera la licenciada Lisandra Blanco Fernández.

Continuar incentivando en la sociedad conductas responsables y conciencia respecto al cumplimiento de las reglas de oro para la preparación de alimentos inocuos, formulados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reforzará la labor de estos centinelas de la seguridad alimentaria, quienes afirman que la inocuidad es asunto de todos y salva vidas.

Infografía: Denia Fleitas Rosales

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