Chiquitico pero con carácter

Foto: Roberto Mesa Matos

Manzanillo, Granma.- Cuando entraba al terreno de juego muy pocas veces sonreía y nunca conversaba con atletas o entrenadores. Agustín Martínez Torres es considerado hoy una cátedra dentro de las reglas y arbitrajes del softbol en Cuba, condición que ganó con autoridad por desempeño consagrado, rectitud y disciplina como árbitro en la grama por 40 años.

Pin, como conocen todos a este manzanillero, por pequeño pero rápido y de buenos reflejos, Agustín se convirtió en árbitro de softbol luego de un curso para esa especialidad en el año 1979, del que emergió como el mejor expediente.

“Ese mismo año participé en un campeonato nacional aquí en Manzanillo y me seleccionaron como mejor árbitro. Siempre me atrapó el dinamismo del deporte, que uno debe moverse mucho y me gustaba porque así era yo. En cualquier deporte lo principal es la entrega y disciplina, el respeto porque hay que darse a respetar.

– ¿Preferías impartir justicia a las mujeres o los hombres?

– “No tenía preferencias. A mí lo que me gustaba era trabajar con cualquier sexo: dentro del terreno no dialogaba con las atletas ni los entrenadores, usted tiene que saber mantener esa distancia ahí. Me dedicaba a mi trabajo.

– ¿Cuál es el momento más difícil de un árbitro?

– “Este, el del retiro. También cuando te equivocas y conscientemente sabes que lo hiciste y costó un juego. El árbitro no puede dormir cuando eso sucede.»

El eficaz desempeño de Martínez Torres como imparcial en los diamantes de softbol le valió ser seleccionado para la categoría de árbitro internacional, que obtuvo en Canadá en el año 2003.

“Muy buena experiencia porque me permitió crecer como profesional. Son compañeros muy responsables en la preparación de los recursos humanos, en la actualización de los más variados temas. Para alcanzar la categoría te aplican un examen de cien preguntas que debes responder en dos horas, y óigame no es nada fácil. El mínimo es noventa puntos.”

Agustín “Pin” Martínez se desempeñó como imparcial del softbol en más de dos ocasiones por Canadá, Colombia, Venezuela, México, Panamá y República Dominicana.

“Los árbitros extranjeros son muy buenos, pero los cubanos estamos por encima porque nos hemos regido por la disciplina y la entrega, por la pasión a la labor, nos distingue la prestancia en la grama y a veces, estos aspectos los pasan por alto nuestros colegas.”

Varios juegos guarda el hombre con especial cariño, entre ellos uno en Canadá por la discusión del título de un torneo panamericano y otro por similar objetivo en el que Cuba quedó campeona con la dirección de Indalecio Alejandrez Mesa.

“En las competencias cubanas siempre fui seleccionado entre los mejores umpires. Me gustaba trabajar en home cuando se discutían el oro, siempre en el femenino, aunque esto no sucedía si Granma estaba envuelta en la final por una cuestión de ética. 

“Yo disfrutaba cualquier posición, pero mi predilecta era detrás del palto por la cantidad de movimientos y el dinamismo que demanda. A veces me criticaban, pero yo lo hacía por tratar de estimular a las atletas.”

– En los últimos años ha aumentado la presencia de mujeres árbitros…

– “La escuela continúa la formación de profesionales, y la presencia de la mujer siempre estimula y hoy crece porque en los eventos internacionales son preferidas.” 

La noche del miércoles se le “atravesó” de emociones a Agustín Martínez Torres: durante la Gala manzanillera por el aniversario 62 de la creación del Inder recibió el abrazo, el reconocimiento y la ovación de sus colegas y atletas, porque se retira al merecido descanso en el hogar. El momento lo compartió con su esposa Consuelo Maceo y la hija, Yuneisi Martínez Maceo.

“Quiero que los aficionados, las atletas y entrenadores me recuerden como lo que siempre fui: un hombre que vivió para impartir justicia en el softbol, sencillo, honesto, sin ninguna pretensión de hacer mal a nadie, con el deseo de hacer las cosas bien y cuando no era así, me contaba dormir. Mi familia me ayudó mucho y se lo agradezco siempre.”