Bogotá, 12 mar (PL) »Sin sorpresas» puede ser esa la conclusión de los resultados de las elecciones legislativas en Colombia, en las que el habitual abstencionismo volvió a ser protagonista.
Los colombianos desoyeron el llamado del presidente, Juan Manuel Santos, de salir a votar masivamente en las elecciones legislativas para vencer el fantasma del abstencionismo.
Pese a que el nivel del sufragio aumentó ligeramente con respecto a las últimas elecciones para el prlamento en 2014, continuó prevaleciendo la desidia ante las urnas.
En 2014 el abstencionismo para elegir el Senado fue de 56 por ciento y, esta vez, se colocó en el 53 por ciento. Con respecto a la Cámara de Representantes pasó del 56 al 52,4 por ciento.
De los 50 millones de habitantes de Colombia, algo más de 36 millones estaban habilitados para elegir el nuevo congreso, que estará conformado por 108 senadores y 172 representantes a la Cámara. Más de la mitad de ellos se quedó en casa.
Sin embargo, los partidos tradicionales movieron sus maquinarias para garantizar sus curules en el poder legislativo.
Los partidos Centro Democrático, Conservador, Cambio Radical, Liberal y Unidad Nacional lograron mantener el mayor número de asientos en el parlamento.
El Centro Democrático, que lidera el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), se convirtió en la primera fuerza del Senado, con 19 curules.
Cambio Radical, el partido que fundó el exvicepresidente Germán Vargas Llera, ganó 16 curules, de nueve que tenía anteriormente.
En la Cámara baja la mayor cantidad de escaños se repartieron entre los partidos Liberal, Centro Democrático y Cambio Radical.
‘Un Parlamento históricamente tomado por la derecha y los partidos de las clases dominantes’, acotó un comentarista colombiano.
Otras organizaciones con representación parlamentaria en el nuevo congreso son Alianza Verde, Polo Democrático Alternativo, Lista de la Decencia, Mira y la FARC.
La nota distintiva de la renovación del parlamento nacional es que la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) contará con 10 escaños, cinco en Senado e igual número en la Cámara de Representantes para este y el próximo período legislativo, según lo pactado en La Habana.
La exguerrilla, demonizada en la agenda mediática local, y muy limitada en su campaña electoral por reiteradas denuncias de ausencia de recursos y falta de garantías para el ejercicio político, no pudo a través de los votos ampliar las curules en el congreso.
Según los expertos, otro hubiera sido el mapa político en Colombia a partir de hoy si la otra mitad de los colombianos habilitados para votar hubiera ejercido el sufragio.
Los comicios de ayer influyen también en el derrotero de la campaña por la presidencia. Conocidos sus resultados, los ocho aspirantes a la Casa de Nariño (sede del gobierno) podrán medir en lo adelante el poderoso voto de las maquinarias partidistas conque cuentan o no.
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