Sustentado en un amplio número de resultados científicos de carácter multidisciplinarios, el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida) comenzó a ejecutarse hace cuatro años, tras su aprobación por el Consejo de Ministros el 25 de abril de 2017.
Compuesto de cinco acciones estratégicas y 11 tareas, el programa está dirigido a contrarrestar los impactos de ese proceso en las zonas vulnerables del archipiélago cubano, la mayoría asentadas en regiones costeras, mediante medidas de adaptación y mitigación en el corto (2020), mediano (2030), largo (2050) y muy largo plazo (2100). Su ejecución y control es asumido por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).
Para la aplicación gradual de las acciones destinadas a lograr el propósito enunciado, la Tarea Vida dispone de un sólido arsenal de conocimientos que ponen de manifiesto la existencia de una marcada tendencia al aumento de la temperatura media y la elevación del nivel del mar en las últimas seis décadas.
Estos fueron tributados, básicamente, por la investigación Impacto del cambio climático y medidas de adaptación en Cuba, desarrollada en los años 90 del pasado siglo, los Estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgos, emprendidos a partir de 2006, y el Macroproyecto sobre Peligros y Vulnerabilidad de la zona costera cubana para los años 2050 y 2100.
HACIA UN FUTURO RESILIENTE
La doctora Odalys Goicochea Cardoso, directora de Medio Ambiente del Citma, expresó a Granma que en su primer cuatrienio, la Tarea Vida devino en herramienta decisiva para la planificación a nivel nacional y territorial de las medidas de adaptación, reducción de vulnerabilidades y mitigación de los efectos del cambio climático.
«Como plantea la Tercera Comunicación Nacional de la República de Cuba (2020), a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, las evidencias observadas en el último lustro avalan la hipótesis de que el clima de la Mayor de las Antillas transita hacia un estado con características similares a un sistema climático con un efecto invernadero intensificado en la atmósfera terrestre».
Resaltó que los estudios recientes muestran un incremento de la temperatura anual del aire para Cuba superior a 1,0 grados Celsius en 2030, y de 3,5 grados en 2070, con respecto al rango de referencia 1961-1990, mientras prevén, de igual modo, una extensión de la etapa veraniega y una disminución del periodo invernal.
Si bien las estimaciones del aumento del nivel del mar realizadas en la primera década del siglo xxi sugerían un ascenso de 27 centímetros para 2050 y de 85 cm en 2100, las últimas actualizaciones elevan esos valores a 29,5 y 95 cm en los mismos plazos, respectivamente, aseveró la doctora Odalys Goicochea.
En opinión del doctor Orlando Rey Santos, asesor del Citma para el cambio climático, uno de los resultados principales de la Tarea Vida radica en el incremento del área agrícola del país, donde se emplean la agricultura de conservación y el manejo sostenible de tierras, bajo principios agroecológicos.
Dentro del propio sector, subrayó el experto, hay una labor investigativa intensa, enfocada en la obtención de cultivos resistentes a condiciones climáticas adversas y la certificación de semillas adaptadas a ese escenario.
Mediante diferentes proyectos internacionales e iniciativas locales, el país logró incorporar tecnologías con bajas emisiones de carbono para el tratamiento de los residuales agrícolas. También fueron establecidos los llamados Polígonos de conservación de suelos, aguas y bosques, como sitios experimentales en áreas priorizadas, que garanticen la resiliencia al cambio climático, conservación y uso racional de los recursos naturales, puntualizó Rey Santos.
Un tema de especial atención de la Tarea Viva es la protección y conservación de ecosistemas marinos y terrestres, junto con potenciar el uso sostenible y conservación de la biodiversidad.
Ejemplo de ello, recalcó la doctora Odalys Goicochea, son las acciones ejecutadas para la conservación y rehabilitación de playas y obras de protección costera de interés.
«Durante el periodo 2018-2020 fueron ejecutados proyectos de vertimientos de arena en Varadero y Playa de Cayo Blanco, en Matanzas, Playas Las Dunas y Cayo Santa María (Villa Clara), y en Playa Larga, Cayo Coco y Playas de Cayo Paredón Grande (Ciego de Ávila), por mencionar algunos».
La restauración de manglares en más de 40 000 hectáreas degradadas de esa formación boscosa (funciona como una barrera natural protectora de la costa contra las fuertes marejadas y la subida del nivel del mar), y la reforestación de cerca de 50 000 hectáreas en cuencas hidrográficas, constituyen otros aportes de la Tarea Vida.
Según el criterio del doctor Orlando Rey Santos, el enfrentamiento al cambio climático es decisivo para alcanzar la sostenibilidad y demanda acciones que beneficien al mismo tiempo a la salud, la recuperación económica, y la adaptación y mitigación ante los efectos del más grande desafío ambiental a encarar por la humanidad en el siglo XXI.