¿Cómo debe ser la Empresa Estatal?

 La transformación del sistema empresarial no será posible sin el cambio del entorno y de la gestión interna // Foto: Ariel Cecilio Lemus
La transformación del sistema empresarial no será posible sin el cambio del entorno y de la gestión interna // Foto: Ariel Cecilio Lemus

La progresiva eliminación de las distorsiones que impiden ser eficiente, eficaz y competitiva, y disfrutar de una verdadera autonomía, son retos vigentes para la Empresa Estatal, según opiniones vertidas en un reciente taller científico auspiciado por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC).

Durante las discusiones, la doctora Yohana Odriozola, viceministra de Economía y Planificación, aclaró que existen unas 2 417 empresas que, con más de 1 400 000 trabajadores, asumen el 92 % de las ventas netas y el 87 % del Producto Interno Bruto (indicador con unidades presupuestadas de Salud Pública y Educación), aunque del total general solo el 16 % exporta, señala un reporte de la Agencia Cubana de Noticias.

Al precisar que 278 de ellas reportaban pérdidas en su gestión, dijo que esa situación se atribuye a que algunas, por problemas de diseño de sus servicios a la población, no pueden subir precios.

Tras acotar que existen otras con bajo nivel de actividad, opinó que no resulta sencillo resolver la situación, porque también se requiere la asignación de recursos que el país no tiene en suficiente cantidad.

Acerca de la ansiada y necesaria autonomía, estimó que requiere la revisión de las normas que inciden sobre el sistema empresarial, mientras que al referirse a la futura Ley de Empresa, estimó que no puede ser única dada la diversidad de actores económicos en el entramado cubano.

Consideró que la transformación del sistema empresarial no será posible sin el cambio del entorno y de la gestión interna, es decir, sin revisar la estructura actual, pero la modificación mayor sería concentrar en una única institución las normativas de dueño, pues ese papel ahora lo asumen los ministerios y entidades ramales, y sin duda la separación de las funciones estatales de las empresariales permitirá reducir el aparato de administración pública, indica la ACN.

Entre los ponentes estuvo la doctora Ileana Díaz, para quien hasta ahora ha existido mayor preocupación por la macroeconomía que por la microeconomía. Concentrarse en esta última, dijo, contribuiría a que la empresa estatal sea eficiente y eficaz.

Para hacer realidad la transformación de las empresas, a los presentes le pareció apropiado proponer la clasificación de aquellas en tres grupos esenciales. Uno estaría formado por las que poseen condiciones para exportar y competir; un segundo, para las que devienen monopolio por su servicio a la población, y un tercero compuesto por las que asumen la producción y comercialización de la canasta familiar.

Esa clasificación estaría acompañada, dijeron, por la creación de mercados que asignen los insumos, las divisas y otros recursos; por precios que cumplan su función de mediación y emitan señales y por gestiones para disponer de salarios y  fuerza de trabajo, así como por la eliminación de las llamadas restricciones financieras blandas.