Con un gol del defensor central del Barcelona, Yerry Mina, en el minuto 74 de partido, Colombia derrotó 1-0 a Senegal y avanzó a octavos como primera del grupo H.
La crónica del partido
El héroe de Colombia es Yerry Mina. Sí, el central del Barça que tantos chistes ha soportado esta temporada. Fue él que dio la clasificación a Colombia con un golazo de cabeza en el minuto 75. Puso el balón en juego Quintero y remató como una bestia Mina, que saltó más que nadie y que mandó un misil con la cabeza a la portería de N’Diaye. Un golazo que gritó todo Colombia, presente en masa en el Samara Arena, teñido de amarillo para gritar que su selección estará otra vez entre las 16 mejores del mundo. Senegal rozó ese honor, pero se va entre lágrimas. Lo hace con la cabeza muy alta, demostrando que es la mejor africana ahora mismo, y lamentando su fortuna en este Mundial. Empatada a puntos con Japón, se va por las tarjetas.
Hasta el gol de Mina, Colombia caminaba por la cuerda floja del Mundial. Estuvo 60 minutos fuera de Rusia y se metió momentáneamente como segunda a la hora del partido gracias al gol de Polonia en el otro partido del grupo. Con el cabezazo de Yerry se aseguraba la primera plaza del grupo y se colaba en el lado más frágil del cuadro, si bien es cierto que en octavos debe pasar el escollo del grupo H: Inglaterra o Bélgica.
El primer tiempo fue de Senegal, mejor asentada sobre el terreno de juego y capaz de maniatar al equipo colombiano, que apenas se asomó al área rival. Sorprendió totalmente el conjunto africano al de Pekerman, que encima no pudo contar con James Rodríguez. El 10 fue titular y estuvo sobre el césped hasta el minuto 30, pero fue una sombra del extraordinario jugador que es. Lesionado muscularmente en la pierna derecha, se vio desde el inicio del partido que no estaba para jugar. La primera falta, al borde del área, perfecta para él, se la dejaba a Quintero. Y acostumbrado a monopolizar el juego, esta vez se alejaba de él por miedo a romperse.
James aguantaba sobre el césped buscando un milagro que era imposible que llegara. Golpeaba el césped con su maltrecha pierna derecha buscando buenas sensaciones, pero el paso de los minutos le pesaban cada vez más. Así que en el 29 se echó al suelo y casi también a llorar. Entró en lugar Muriel y Colombia, que no estaba cómoda sobre el césped, acusó todavía más el mazazo de perder a su estrella. En el tramo final del primer tiempo estuvo a merced de Senegal, que se asomaba al área de Ospina pero que no pegaba.
Sí que cortó la respiración a los 25.000 colombianos Sadio Mané, que cayó en el área cuando se disponía a rematar ante el meta colombiano. Sánchez rebañó el balón y el colegiado Milorad Mazic pitó penalti. Se hizo el silencio en el estadio, hasta que el árbitro recurrió al VAR.Entonces en la grada empezó la fiesta. Porque la revisión de las jugadas se ha convertido en la nueva salsa del fútbol. Le aporta justicia, emoción y la gente disfruta cuando el árbitro dibuja en el área el rectángulo. Efectivamente, el defensa de Colombia había tocado la pelota y el colegiado serbio se echó atrás en su decisión. Con 0-0 se llegó al descanso, con Senegal clasificada y con Colombia eliminada.
Los 15 minutos de refresco le vinieron muy bien a los colombianos, que saltaron al césped con otro ánimo. Mejor colocados, más seguros, se hicieron con la pelota y con el control del partido. No crearon grandes ocasiones a Senegal, de largo la mejor selección africana en este Mundial, pero al menos se mostraban vivos y rondaban el gol. Quintero fue otra vez el mejor de su selección. O al menos, el jugador que intentaba encontrar la rendija que filtrara el pase a Falcao, referencia en punta.Senegal, bien asentada en el césped, no decía.
Así que el tanto tenía que llegar a balón parado. Y llegó. Con Yerri Mina de protagonista y sus casi dos metros de altura (1,95). El centro de Quintero desde el lado derecho fue perfecto y el cabezazo de Mina también. Inapelable. El gol le daba un buen colchón a Colombia para estar en los octavos, pero lejos de jugar con más calma, gestionó mal el final del encuentro. Volvió a perder el control y dejó que Senegal le diera un par de buenos sustos. Ospina, perfecto toda la tarde, solventó todo el trabajo sin problemas. Colombia, en su campo, ya solo solía a la contra, pero Falcao y Muriel se equivocaron al elegir en dos contragolpes que hubieran llevado sello de gol si los hubiera conducido de James, la gran peocupación de Colombia ahora mismo. Tras perderse el primer partido por molestias y tener que abandonar ayer el césped da la sensación de que la selección cafetera se la tendrá que jugar sin su estrella.
(Tomado de Marca)