Manzanillo. Mayo 30.- Llegar al patio integral La Rosita de esta ciudad es como entrar en un cuento de hadas, no solo porque ostente la quinta corona de la excelencia nacional de la agricultura urbana; en estos 100 metros cuadrados todo es impresionante.
Lo cierto es que María Rosa León Reyes y José Guilarte González, son unos verdaderos expertos en optimizar espacio y hacer parir la tierra; de cualquier pedacito sale una sorpresa en esta estancia.
«Nosotros somos permacultures, que es una siembra permanente, la tenemos en la placa de nuestra vivienda a base de tarecos, aprovechamos todo el espacio posible, así tenemos siempre sembrado cebollino, ajíes, ajo, cilantro perejil, culantro», comenta orgullosa Rosita como es conocida.
«Y estamos empezando con la siembra de la calabaza empala, una forma de cultivo que es mucho más productiva sin necesidad de grandes extensiones de tierra, la tenemos ya aquí en el patio y en la finca que tenemos en Ceiba Caridad ya hay sembrada una hectárea de esta modalidad», apunta Josué, esposo de Rosita
«En este patio existe bioseguridad -dice Rosa- pues tenemos distintas especies de animales como cerdos, conejos, gallina, guanajos, codorniz, faisán, pavo real y estanques para el cultivo de la tilapia roja, todos con muy buen salud porque todo lo que usamos aquí es natural, respetamos la armonía que existe entre las plantas los animales y el hombre, resultado de esto, nuestro producto líder, creado en este patio, Germivid, porque germina la vida y además es la combinación de los nombre de nuestros hijos German y Evita, es hecho por nosotros aquí, nació en esta casa y es de gran utilidad, ya se ha generalizados en alrededor de 90 patios.
Este producto lo utilizamos para controlar el medio ambiente, para la salud de los animales, pues elimina las diarreas que tengan los cerdos, las gallinas, los protege de plagas y enfermedades, es decir es un producto que en su destino final todos lo vamos a tener que usar porque nosotros nos alejamos por completo de los productos químicos», acotó su esposo.
“Nosotros hemos tenido muchos resultados y reconocimientos, pero el mayor es el regocijo de ver como nuestros vecinos también siembran su pedacito y crían algún animal, hemos sido ejemplo para ellos y los incentivamos para que cultiven en su patio y se autoabastezcan como nosotros que en estos tiempos de coronavirus les hemos donado de nuestras producciones al hogar materno y al de niños sin amparo filial de esta ciudad», comenta lleno de júbilo el agricultor.
Muchas son las sorpresas que se pueden ir descubriendo en este maravilloso lugar que además de la crianza de animales y el cultivo de plantas medicinales, las hortalizas y viandas, tiene una minindustria donde elaboran fertilizantes, medicamentos y alternativas de comida para los animales; lo cierto es que esta matrimonio de más de 40 años, entrelazan su pasión por hacer producir la tierra y sus vidas.
Fotos Lilian Salvat