Manzanillo. Marzo 26.- Con la premisa de realizar diagnósticos y tratamientos tempranos de enfermedades ginecológicas y favorecer la salud reproductiva de las mujeres, el equipo del Programa nacional de diagnóstico precoz del cáncer cérvico-uterino del Hospital ginecobstétrico Fe del Valle Ramos de esta ciudad trabaja permanentemente.
Estructurado en dos direcciones, a partir de la realización de las consultas de Patología de cuello y Oncoginecología, laboran de forma multidisciplinaria en aras de propiciar una mejor calidad de vida y ofrecer mayores años de supervivencia a las féminas.
Así lo destaca la doctora Mirtha Johnson Quiñones, Especialista de Segundo grado en Ginecología y Obstetricia, Profesora auxiliar y Máster en Ciencias en Atención integral a la mujer, al frente de esta tarea adscrita al Programa de Atención integral Materno Infantil (PAMI).
Particularmente, en la consulta de Patología de cuello se brinda atención a las pacientes aquejadas con las afecciones del tracto genital inferior: lesiones benignas y premalignas de vulva, vagina y cuello; y está estructurada por municipios, policlínicos, y la consulta central a donde son remitidos los casos una vez detectadas las lesiones en las áreas primarias de salud a través de la prueba citológica.
En oncoginecología, por su parte, especialistas de enfermería, psicología, imagenología, anatomía patológica, cirugía y ginecobstetricia, evalúan y determinan el tipo de tratamiento quirúrgico, radiológico, quimioterapéutico, hormonal, de anticuerpos monoclonales, en dependencia de la localización tumoral y frecuencia terapéutica.
La acción se realiza con la asistencia de otras instituciones sanitarias como el Hospital Clínico Quirúrgico Celia Sánchez Manduley; también de otros centros de provincias orientales como Holguín, donde se realizan los servicios de radioterapia a las pacientes granmenses.
Ante la alta incidencia de estas afecciones, Johnson Quiñones alerta que en las últimas etapas han sido muchos los casos que acuden en etapas avanzadas de la enfermedad, y llama a la población a ser insistente en la realización de los exámenes minuciosos para cuidar la salud de las féminas.
Señala como síntomas de alarma la aparición de sangrado tiempo después de su última menstruación como resultado del climaterio o menopausia, el sangramiento poscoito e intermenstrual, dolor durante las relaciones sexuales, flujo o leucorrea y la persistencia de estos síntomas en caso de haber recibido tratamiento.
Como parte de los esfuerzos para aplicar la ciencia cubana en virtud de elevar la calidad de vida de los pacientes con neoplasias de cuello y cuerpo uterino, ubicadas en la quinta y sexta posición de incidencia en el sexo femenino, según el Anuario Estadístico de Salud 2023, el programa de detección precoz ha incorporado a varias pacientes a ensayos clínicos que les ha permitido extender su vida.
Pese a los obstáculos y carencias de reactivos, la Máster en Ciencias en Atención integral a la mujer destacó que «por tener repercusión en la salud sexual y reproductiva de la población femenina, ha sentido el impacto de estas afectaciones materiales, con dificultades para la realización de biopsias, videoscolposcopías, citologías; no obstante no se ha dejado de dar las consultas; independientemente de esta situación se están haciendo diagnósticos y tratando a las pacientes, cuyas cirugías se catalogan como priorizadas».
En el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, que se conmemora cada 29 de marzo, el llamado a la prevención es vital, y también el reconocimiento a quienes desde estas consultas y programas en la ciudad del Golfo de Guacanayabo enfatizan en el profesionalismo y la conciencia personal para detener los índices de esta enfermedad prevenible que, paradójicamente, representa el cuarto cáncer más común en las mujeres a nivel mundial.